En este blog se publicarán poemas de poetas consagrados, poemas de la autora y de otros poetas contemporáneos, información sobre actividades artísticas:cine, pintura, música, y artículos sobre la creación desde un enfoque psicoanalítico.
sábado, 29 de noviembre de 2008
LA ENFERMERA VICIOSA
viernes, 28 de noviembre de 2008
POEMAS DE GERMÁN PARDO GARCÍA
CUADRO DE MIGUEL OSCAR MENASSA: HOMENAJE A GERMÁN PARDO GARCÍA: http://www.momgallery.com/
EL POETA GERMÁN PARDO GARCÍA
Yo, la Tierra solemne, la que he sido
Soy la madre selvática de selvas femeninas,
Pregunto por vosotros, seres míos,
La verticalidad que os di contiene
¿En dónde están mis hijos, ayudantes
Yo los vi conquistar elevaciones
No arcángeles divinos sino obreros.
Pregunto por vosotros. Soy la madre
Antes que la gran tarde continental se llene de sombras,
Haré que las hondas selvas próximas a escuchar pregones lejanos
mientras la constructora mecánica del suelo
Como un emperador indio
aquí se arrodillaron,aquí se engradecieron
Me tenderé a la orilla de un lago porque América,
Así América lacustre, bestial y cataclísmica;
El agua fue para América origen tempestuoso de su vida.
Me tenderé cerca de silencioso río a esperar la noche
Únicamente los que nacimos en América
Decílde "agua" y entonces descrubriréis lagunas
Sin embargo decidle "silencio" y en sus manos
Abandonaré ciudades donde se cumple mi destierro
Yo llamo a la noche americana: ¡madre!,
Abandonaré metrópolis de cal donde se cumple mi destierro.
He de volver a sus desiertos a engrandecer mi espíritu.
Su pan el hambre de mi boca.
POEMAS DE RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Y se secaron los ramos floridos
Sobre Galicia ha caído la peste,
Nuestros hermanos que están allá abajo
pronto vendrán en mitad del invierno.
El que no ha muerto andará por el monte
Ya llegarán las valientes milicias
Toca la gaita... ¡que baile el obispo!
Ya llegarán los soldados leales
Toca la gaita. ¡Que baile la víbora!
POEMAS DE ANDRÉ BRETON
André Bretón por Salvador Dalí
Mi mujer con cabellera de llamaradas de leño
martes, 25 de noviembre de 2008
POEMAS DE FERNANDO PESSOA
A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica
tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, una fiera ante esta belleza,
ante esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.
¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido de los maquinismos furiosos!
¡Furiosos fuera y dentro de mí
por todos mis nervios disecados,
por todas las papilas de todo aquello con que siento!
Tengo secos los labios, ¡oh grandes ruidos modernos!
De oíros demasiado cerca,
y me arde la cabeza de querer cantaros con el exceso
de expresión de todas mis sensaciones,
con un exceso contemporáneo de vosotras, ¡oh máquinas!
Febril y mirando los motores como a una Naturaleza tropical
-¡grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza!-
canto, y canto al presente, y también al pasado y al futuro,
porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
y están Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
sólo porque hubo antaño y fueron humanos Virgilio y Platón,
y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,
átomos que han de tener fiebre en el cerebro del Esquilo del siglo cien,
andan por estas correas de transmisión y por esos émbolos y por estos volantes
rugiendo, rechinando, rumoreando, atronando, ferrando,
haciéndome un exceso de caricias en el cuerpo con una sola caricia en el alma.
¡Ah, poder expresarse todo como un motor se expresa!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!
¡Poder, al menos, penetrarme físicamente de todo esto,
rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
a todos los perfumes de aceites y calores y carbones
de esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!
¡Fraternidad con todas las dinámicas!
¡Promiscua furia de ser parte-agente
del rodar férreo y cosmopolita
de los trenes estrenuos,
de la tarea de transportar cargas de navíos,
del giro lento y lúbrico de los guindastes,
del tumulto disciplinado de las fábricas,
y del casi-silencio susurrante y monótono de las correas de transmisión!
¡Horas europeas, productoras, entablilladas
entre maquinismos y quehaceres útiles!
¡Grandes ciudades paradas en los cafés,
en los cafés -oasis de inutilidades ruidosas-
donde se cristalizan y precipitan
los rumores y los gestos de lo Útil
y las ruedas dentadas y las chumaceras de lo Progresivo!
¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y estaciones!
¡Nuevos entusiasmos con la estatura del Momento!
¡Quillas de placas de hierro sonriendo arrimadas a las dársenas
o en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
en los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,
y Picadillies y Avenues de l'Opera que entran
por dentro de mi alma!
¡Hola, calles, hola, plazas, hola, la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que se para ente los escaparates!
¡Comerciantes; vagabundos; escrocs exageradamente bien vestidos;
miembros evidentes de clubes aristocráticos;
escuálidas figuras ambiguas; padres de familia vagamente felices
y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco
de bolsillo a bolsillo!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
¡Presencia excesivamente acentuada de las cocottes,
banalidad interesante (¡y quién sabe qué otra cosa por dentro!)
de las burguesitas, madre e hija, por lo general,
que andan por la calle con cualquier motivo;
la gracia femenina y falsa de los pederastas que pasan, lentos;
y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se exhibe
y luego resulta que tienen un alma dentro!
(¡Ah, cómo desearía ser el souteneur de todo esto!)
¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
agresiones políticas en las calles,
y de vez en cuando el cometa de algún regicidio
que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!
¡Noticias desmentidas de los periódicos,
artículos políticos insinceramente sinceros,
noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-
de los que dos columnas pasan a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta tipográfica!
¡Los carteles pegados hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraître amarillos con una cinta blanca!
¡Cuánto os amo a todos, a todos, a todos,
cuánto os amo de todas las maneras,
con los ojos y con el oído y con el olfato
y con el tacto (¡lo que representaría para mí tocaros!)
y con la inteligencia como una antena a la que hacéis vibrar!
¡Ah, de qué manera todos mis sentidos se encelan por vosotros!
¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
¡Oh muestrarios de los viajantes-de-comercio,
de los viajantes-de-comercio, caballeros-andantes de la Industria,
prolongaciones humanas de las fábricas y de las oficinas tranquilas!
¡Oh telas en los escaparates, oh maniquíes, oh últimos figurines!
¡Oh artículos inútiles que todos quieren comprar!
¡Hola, grandes almacenes con varias secciones!
¡Hola, anuncios luminosos que se ven, parpadean y desaparecen!
¡Hola, todo aquello con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, hormigón, técnicas nuevas!
¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Blindajes, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!
Os amo a todos, a todo, como una fiera.
Os amo carnívoramente,
perversamente y enroscando mi mirada
en vosotras, ¡oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
oh cosas modernísimas,
oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
del sistema inmediato del Universo!
¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!
¡Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,
oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes,
en mi mente turbulenta y encandecida
os poseo como a una mujer hermosa,
os poseo totalmente como a una mujer hermosa a la que no se ama,
a la que se encuentra por casualidad y nos parece interesantísima!
¡Eh-ah-ho, fachadas de los grandes almacenes!
¡Eh-ah-ho, ascensores de los grandes edificios!
¡Eh-ah-ho, reorganizaciones ministeriales!
¡Parlamentos, políticas, secretarios de presupuestos,
presupuestos falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
y un parlamento tan bello como una mariposa.)
¡Hola, interés por todo en la vida,
porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates
hasta la noche, puente misterioso entre los astros
y el mar antiguo y solemne, bañando las costas
y siendo misericordiosamente el mismo
que era cuando Platón era verdaderamente Platón
en su presencia verdadera y en su carne con el alma adentro,
y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo!
Yo podría morir triturado por un motor
con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Arrójenme dentro de los altos hornos!
¡Tírenme debajo de los trenes!
¡Azótenme a bordo de los barcos!
¡Masoquismo a través de los maquinismos!
¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y barullo!
¡Aupa, jockey que has ganado el Derby,
morder tu cap de dos colores!
(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna puerta!
¡Ah, mirar es para mí una perversión sexual!)
¡Eh, eh, eh, catedrales!
¡Dejad que me parta la cabeza contra vuestras esquinas,
y que sea levantado de la calle lleno de sangre
sin que nadie sepa quién soy!
¡Oh tranvías, funiculares, metropolitanos,
restregaos conmigo hasta el espasmo!
¡Huy, huy, ay, ay, ay!
¡Soltadme carcajadas en plena cara,
oh automóviles atestados de parranderos y de putas,
oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
río multicolor anónimo donde no puedo bañarme como querría!
¡Ah, qué vidas tan complejas, qué de cosas por todas las casas de todo esto!
¡Ah, saberse la vida de todos, los apuros de dinero,
los disgustos domésticos, los vicios que no se sospechan,
los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto
y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!
¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia!,
oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
me consume el rostro y me agita a veces las manos
en crispaciones absurdas justo en medio de las turbas
en las calles llenas de encontronazos!
¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,
que dice palabrotas como palabras corrientes,
cuyos hijos roban a las puertas de los ultramarinos,
y cuyas hijas a los ocho años -¡y esto me parece hermoso y me gusta!-
masturban a hombres de aspecto decente en el hueco de la escalera!
¡Ah, la gentuza que anda por los andamios y se va a casa
por callejas casi irreales de estrechez y podredumbre!
¡Maravillosa ralea humana que vive como los perros,
que está por debajo de todos los sistemas morales,
para quien no ha sido hecha ninguna religión,
creado ningún arte,
destinada ninguna política!
¡Cuánto os amo a todos, porque sois así,
ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,
inalcanzables por todos los progresos,
fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!
(En la noria del huerto de mi casa
el burro anda dando vueltas, dando vueltas,
y el misterio del mundo es de este tamaño).
Límpiate el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol sofoca el silencio de las esferas
y todos hemos de morir,
¡oh pinares sombríos del crepúsculo,
pinares en los que mi infancia era otra cosa
de lo que ahora soy...!
Pero, ¡ah, otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.
Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes
de todas las partes del mundo,
de estar diciendo adiós desde la borda de todos los navíos,
que a estas horas están levando anclas o alejándose de los muelles.
¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro curvado!
¡Oh muelles, oh puertos, oh convoyes, oh guindastes, oh remolcadores!
¡Eh-ah grandes desastres de trenes!
¡Eh-ah hundimientos de galerías de minas!
¡Eh-ah naufragios deliciosos de los grandes trasatlánticos!
¡Eh-ah revoluciones aquí, allá, acullá,
alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,
ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,
la gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
y otro Sol en el nuevo Horizonte!
¡Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
al fúlgido y rubro ruido contemporáneo,
al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy!
Todo esto apaga todo, salvo el Momento,
el Momento de tronco desnudo y caliente como un fogonero,
el Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
el Momento, dinámico pasaje de todas las bacantes
del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.
¡Ea trenes, ea puentes, ea hoteles a la hora de cenar,
ea aparatos de todas las clases, férreos, brutos, mínimos,
instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,
industrias, brocas, rotativas!
¡Ea! ¡ea! ¡ea!
¡Ea electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Ea telegrafía sin hilos, simpatía metálica de lo Inconsciente!
¡Ea túneles, ea canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Ea todo el pasado dentro del presente!
¡Ea todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Ea!
¡Ea, ea, ea!
¡Frutos de hierro y útiles del árbol-fábrica cosmopolita!
¡Ea, ea, ea! ¡ea-ho-ho-ho!
No sé que existo para dentro. Giro, doy vueltas, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes.
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de las hélices de todos los barcos.
¡Ea! ¡Hurra! ¡Ea!
¡Ea! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!
¡Ea! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!
¡Ea y hurra por mi-todo y en todo, máquinas trabajando, ea!
¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!
¡Aúpa, aúpa, aúpa, aúpa!
¡Hala! ¡Hola! ¡Ho-o-o-o-o!
¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!
¡Ah, no ser yo todo el mundo y todos los sitios!
Londres, 1914 - Junio. (Hay quien dice que Pessoa nunca estuvo en londres, pero desde dónde sino desde Londres se puede escribir este retrato de la Revolución Industrial, quizá Pessoa estuvo en londres más que todos aquellos que pisaron suelo británico)
domingo, 23 de noviembre de 2008
GRAN ÉXITO EN LA EXHIBICIÓN DE MI ÚNICA FAMILIA EN EL CINE DORÉ (FILMOTECA) EL DOMINGO 23 NOV, DENTRO DE LA PRESELECCIÓN A LOS PREMIOS GOYA. LLENO TOTAL DE LA SALA. EXCELENTES COMENTARIOS DE LOS ASISTENTES: "UNA PELÍCULA MUY SÚTIL", "LOS PROTAGONISTAS HICIERON UN FABULOSO TRABAJO", "ES MUY POÉTICA"...
Con la sencillez de una conversación entre un hombre y una mujer que se aman y se desean, pero no está enamorados -porque esta película no es otra cosa que eso, una conversación- va transcurriendo la película, y en esa conversación entre Juan y Juana, se van incluyendo los demás personajes, que nos muestran la trama humana que nos sostiene a cada uno como deseantes, el entrecruzamiento de deseos que hacen a un deseo. Y el deseo de Juana era tener un hijo, y el deseo de Juan, deseo radicalmente diferente, era tener un hijo. Entonces ambos convocan a Joselito, cuyo deseo es el deseo de su amigo: hacerle el amor a Juana. Todos en pro de su deseo, aun cuando se muestre como deseo del Otro.
Mientras tanto, con la excusa de la infidelidad y con una delicadeza infinita, se tratan temas como el maltrato familiar: “un hombre que desea a una mujer no puede matarla”, “los hombres se enamoran de las mujeres, y es por eso que las matan”. La paternidad: el padre de ese chico seré yo, dice Juan, al llegarle la noticia de que Juana está embarazada de Joselito y él no quiere hacerse responsable. Los celos, que en esta película en todo momento son reconocidos como deseos, la locura, que no se contagia, y aunque parezca una frase nimia, no lo es, ya que la mitad de la humanidad vive atemorizada de que la otra mitad, loca, la contagie. Decir que “la locura no se contagia, pero el deseo sí”, es una manera radicalmente nueva de pensar la locura.
Se puede ver esta película de un modo ingenuo, como espectador lego en psicoanálisis, soslayarse en la belleza de sus imágenes, empaparse en ese hilo amoroso que recorre toda la película, conmoverse, reírse y gozar con su humor inteligente, pero también puede uno detenerse a escuchar las frases. Frases nunca antes dichas en el cine, frases que ningún hombre le dijo a ninguna mujer, a excepción de los poetas sin saber que lo hacían, frases que sólo son posibles de ser pensadas gracias al psicoanálisis.
En esta película, el psicoanálisis no son las cuatro sesiones de diván que en ella se nos muestran, el psicoanálisis está en la estructura misma de la película, y pasa por el reconocimiento del deseo.
Todos los personajes de la película aman y desean, y lo más sorprendente es que se hacen responsables de su deseo. Esa es la ética, la de no haber cedido en el deseo y ahora estoy segura de que la ética es la que determina la estética. Sueño, delirio, la cruda realidad, todo es transformado en una conversación.
Toda la escenografía es para sostener en escena a esos dos personajes: Juan y Juana, que en ningún momento de la película son iguales a sí mismos, como acostumbramos a ver en el cine convencional, donde el personaje es sí mismo desde el principio hasta el final. Haber conseguido eso, hace que la actuación de ambos tenga momentos magistrales.
Podría llenar cientos de páginas, podría escribir un libro sobre esta película, porque cada frase me abre a otras frases, a otras cadenas, a una manera de pensar diferente, por eso considero que la película es, además de psicoanalítica, poética, no tanto por la belleza de sus imágenes, o porque en ella se reciten poemas, sino porque cada frase está sometida a una condensación tal que encierra un modo de pensar toda una cuestión: las relaciones de pareja, la escritura, el psicoanálisis, el amor, el deseo, la paternidad… y de esa condensación sólo es capaz la poesía. Mi única Familia es psicoanalítica por lo que dice y poética por cómo lo dice, y eso la hace única, como su propio nombre indica e inolvidable.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
POEMAS DE BLAISE CENDRARS
Dedicada a los músicos
En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi infancia
Estaba a 16.000 leguas del lugar de mi nacimiento
Me hallaba en Moscú, en la ciudad de los mil tres campanarios y las siete estaciones
Y no me bastaban las siete estaciones y las mil tres torres
Porque mi adolescencia era tan ardiente y loca
Que mi corazón, alternativamente, ardía como el templo
[de Efeso o como la Plaza Roja de Moscú
Cuando se pone el sol.Y mis ojos iluminaban antiguos senderos.
Y yo era tan mal poeta
Que no sabía llegar hasta el fondo de las cosas.
El Kremlin era como una inmensa torta tártara
Crujiente de oro.
Con las grandes almendras de las catedrales inmensamente blancas
y el oro empalagoso de las campanas...
Un viejo monje me leía la leyenda de Novgorode
Yo tenía sed
Y descifraba caracteres cuneiformes
Luego, de pronto, las palomas del Espíritu Santo volaron sobre la plaza
y también mis manos alzaban el vuelo, con susurros de albatros
y esto era las últimas reminiscencias del último día
Del postrer viaje
y del mar.
No obstante, yo era un poeta muy malo.
No sabía llegar al fondo de las cosas.
Tenía hambre
Y a todos los días y a todas las mujeres en los cafés y a todas las copas
Habría querido beberlas y romperlas
Y a todas las vitrinas y a todas las calles
Y a todas las casas y a todas las vidas
Y a todas las ruedas de los coches que giraban como
[torbellinos sobre los malos empedrados
Habría querido hundirlas en un gran horno de espadas
y habría querido moler todos los huesos
Y arrancar todas las lenguas
y licuar todos esos grandes cuerpos extraños y desnudos
[ bajo la ropa que me vuelve loco.
Presentía la llegada del gran Cristo rojo de la revolución rusa.
Y el sol era una inmensa herida que se abría como un brasero.
En aquel tiempo yo era un adolescente
Apenas tenía dieciséis años y ya no recordaba mi nacimiento
Estaba en Moscú, donde quería alimentarme de llamas
y no me bastaban las torres y las estaciones que cubrían mis ojos de estrellas
En Siberia rugía el cañón, había guerra
Hambre frío peste cólera
y las aguas fangosas del Amor arrastraban millones de carroñas
En todas las estaciones veía partir todos los últimos trenes
Ya nadie podía salir porque no se vendían más boletos
Y los soldados que se iban hubieran preferido quedarse...
Un viejo monje me cantaba la leyenda de Novgorode.
Yo, el mal poeta que no quería ir a ninguna parte, podía ir a todos lados
Y también los comerciantes todavía tenían dinero suficiente
Para ir a intentar hacer fortuna.
Su tren salía todos los viernes de mañana.
Se decía que había muchos muertos.
Uno llevaba cien cajas de despertadores y cucús de la Selva Negra
Otros cajas de sombreros, cilindros y un surtido de tirabuzones de Sheffield
Otros ataúdes de Malmoe llenos de latas de conservas y sardinas en aceite
También había muchas mujeres
Mujeres entrepiernas en alquiler que también podían usarse
Ataúdes
Todas pagaban impuestos
Se decía que había muchos muertos allí
Ellas viajaban con tarifa reducida
Y todas tenían una cuenta corriente en el banco.
Pues bien, un viernes de mañana me llegó la hora por fin
Estábamos en diciembre
y también yo partí para acompañar al viajante joyero que iba a Jarbín
Teníamos dos asientos en el expreso y 34 cofres de joyería de Pforzheim
Pacotilla alemana «Made in Germany»
Me había vestido de punta en blanco, y al subir al tren se me perdió un botón
-Lo recuerdo, lo recuerdo, a menudo pensé en ello desde entonces-
Yo dormía sobre los cofres y me sentía muy contento de
[poder jugar con la browning niquelada que también me había dado
Me sentía muy feliz despreocupado
Creía jugar a los bandoleros
Habíamos robado el tesoro de Golconda
Y, gracias al transiberiano, íbamos a ocultarlo del otro lado del mundo
Yo tenía que defenderlo contra los ladrones del Ural que
[habían atacado
a los saltimbanquis de Julio Veme
Contra los Junguzes, los boxers de la China
Y los rabiosos pequeños mongoles del Gran Lama Alibabá y los cuarenta ladrones
Y los fieles del terrible Viejo de la montaña
Y sobre todo, contra los más modernos
Los rateros de hotel Y los especialistas de los expresos internacionales
Y sin embargo, y sin embargo
Estaba triste como un niño
Los ritmos del tren
La «médula ferrocarrilera» de los psiquiatras americanos
El ruido de las puertas de las voces de los ejes
rechinando sobre los rieles congelados
El ferlín de oro de mi futuro
Mi browning el piano y los juramentos de los jugadores de
cartas en el compartimiento de al lado
La deslumbrante presencia de Juana
El hombre de anteojos azules que se paseaba nerviosamente
por el corredor y me miraba al pasar
Murmullos de mujeres
Y el silbido del vapor
Y el eterno ruido de las ruedas locas en los carriles celestes
Los vidrios están escarchados ¡La naturaleza no existe!
Y detrás, las llanuras siberianas el cielo bajo y las grandes
[sombras de los Taciturnos
que suben y bajan
Estoy acostado sobre una manta de viaje Colorinche
Como mi vida
Y mi vida no me abriga más que esa manta
Escocesa
Y toda Europa entrevista por el parabrisas de un expreso a toda máquina
No es más rica que mi vida
Mi pobre vida
Esta manta
Deshilachada sobre cofres llenos de oro
Con los que viajo
Sueño
Fumo
y la única llama del universo
Es un pobre pensamiento...
Desde el fondo de mi corazón me brotan lágrimas
Si pienso, Amor, en mi querida;
Ella no es más que una niña, a quien encontré así
Pálida, inmaculada, en el fondo de un burdel.
No es más que una niña, rubia, risueña y triste,
No sonríe y nunca llora;
Pero en el fondo de sus ojos, cuando te deja beber en ellos,
Tiembla un dulce lis de plata, la flor del poeta.
Es dulce y muda, sin ningún reproche,
Con un largo estremecimiento cuando tú te aproximas;
Pero cuando yo voy hacia ella,
por aquí, por allá, festivo,
Ella da un paso, luego cierra los ojos, y da un paso.
Porque es mi amor, y las otras mujeres
Sólo tienen vestidos de oro sobre grandes cuerpos llameantes,
Mi pobre amiga está tan desamparada,
Está toda desnuda, no tiene cuerpo, es demasiado pobre.
No es más que una flor cándida, endeble,
La flor del poeta, un pobre lis de plata,
Muy frío, muy solo, y ya tan mustio
Que me brotan las lágrimas si pienso en su corazón.
Y esta noche es similar a otras cien mil cuando un tren rasga la noche
-Caen los cometas-Y el hombre y la mujer, aún jóvenes, se divierten haciendo el amor.
El cielo es como la carpa desgarrada de un circo pobre en un pueblito de pescadores
En Flandes
El sol es un quinqué humoso
Y en lo más alto de un trapecio una mujer representa la luna.
El clarinete la corneta una agria flauta y un mal tambor
Y aquí está mi cuna
Mi cuna
Siempre estaba cerca del piano cuando mi madre como
[Madame Bovary
tocaba las sonatas de Beethoven
Yo pasé mi infancia en los jardines suspendidos de Babilonia
y la rabona, en las estaciones frente a los trenes a punto de salir
Ahora hago correr todos los trenes detrás de mí
Bale-TombuctúTambién jugué a las carreras en Auteuil y Longchamp París-Nueva York
Ahora hago correr todos los trenes a todo lo largo de mi vida Madrid-Estocolmo
Y perdí todas mis apuestas
Sólo queda la Patagonia, la Patagonia, que convenga a mi inmensa tristeza,
la Patagonia, y un viaje por los mares del Sur
Estoy en camino
Siempre estuve en camino
Estoy en el camino con la pequeña Juana de Francia
El tren pega un peligroso salto y vuelve a caer sobre todas sus ruedas
El tren vuelve a caer sobre sus ruedas
El tren siempre vuelve a caer sobre todas sus ruedas
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Estamos lejos, Juana, viajas desde hace siete días
Estás lejos de Montmartre, de la Butte que te alimentó del
[Sagrado Corazón
contra el cual te acurrucaste
París desapareció y su enorme fogata
No quedan más que las cenizas constantes
La lluvia que cae
La turba que se hincha
La Siberiaque gira
Los pesados manteles de nieve que ascienden
Y el cascabel de la locura que tintinea como un último deseo en el aire azulado
El tren palpita en el corazón de los horizontes plomizos
Y tu pena ríe burlona.
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Las preocupaciones
Olvida las preocupaciones
Todas las estaciones agrietadas oblicuas sobre la ruta
Los hilos telegráficos de los que cuelgan
Los postes grotescos que gesticulan y los estrangulan
El mundo se estira se alarga y se retira como un acordeón
[atormentado por una mano sádica
En las resquebraduras del cielo, las furiosas locomotoras
Huyen y en los agujeros,
las vertiginosas ruedas las bocas las voces
y los perros de la desdicha que ladran a nuestras espaldas
Los demonios están desencadenados
Chatarras
Todo es un acorde falso
El «brun-run-run» de las ruedas
Choques
Rebotes
Somos una tormenta bajo el cráneo de un sordo...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Pero sí, me pones nervioso, bien lo sabes, estamos muy lejos
La locura recalentada ruge en la locomotora
La peste el cólera se alzan como brasas ardientes en nuestro camino
Desaparecemos en la guerra totalmente en un túnel
El hambre Puto se aferra a las nubes en desbandada
y estiércol de las batallas en montones apestosos de muertos
Haz como él, haz tu oficio...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Sí, estamos muy lejos, estamos muy lejos
Todos los chivos emisarios reventaron en este desierto
Oye los cencerros de ese rebaño sarnoso
TomskTcheliabinsk Kainsk Obi Taichet Verkné Udinsk Kurgán Samara Pensa-Tulún
La muerte en Manchuria
Es nuestro desembarcadero y nuestra última guarida
Este viaje es terrible
Ayer por la mañana
Iván Ulitch tenía los cabellos blancos
y Kolia Nicolai Ivanovitch se roe los dedos desde hace quince
días...
Haz como ellos la Muerte el Hambre haz tu oficio
Cuesta cinco francos, en transiberiano, cuesta cien rublos
Afiebra los bancos y enrojece bajo la mesa
El diablo está en el piano
Sus nudosos dedos excitan a todas las mujeres
La Naturaleza
Las Busconas
Haz tu oficio
Hasta Jarbín...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Pero... vete al diablo... déjame tranquilo
Tienes caderas angulares
Tu vientre es agrio y tienes blenorragia
Eso es todo lo que París puso en tu regazo
También un poco de alma... porque eres desdichada
Tengo piedad tengo piedad ven hacia mí sobre mi corazón
Las ruedas son los molinos de viento de Jauja
Y los molinos de viento son las muletas que hace girar un mendigo
Somos los lisiados del espacio
Rodamos sobre nuestras cuatro heridas
Nos cortan las alas
Las alas de nuestros siete pecados
y todos los trenes son los baleros del diablo
Corral
El mundo moderno
La velocidad no tiene la culpa
El mundo moderno
Las lejanías están demasiado lejos
y al final del viaje es terrible ser un hombre con una mujer...
«Dime, Blaise, ¿estamos muy lejos de Montmartre?»
Tengo piedad tengo piedad ven a mí te contaré una historia
Ven a mi cama
Ven a mi corazón
Te contaré una historia...
¡Oh ven! ¡ven!
En Fidji reina la primavera eterna
La pereza
El amor extasía a las parejas en la hierba alta y la sífilis ronda bajo los bananeros
¡Ven a las islas perdidas del Pacífico!
Se llaman Fénix, Marquesas
Borneo y Javay Célibes con forma de gato.
No podemos ir al Japón¡
Ven a Méjico!
En sus altiplanicies florecen los tulipaneros
Las lianas tentaculares son la cabellera del sol
Se hablaría de la paleta y los pinceles de un pintor
Colores fragorosos como gongs,
Allí estuvo Rousseau
Allí deslumbró su vida
Es el país de los pájaros
El pájaro del paraíso, el ave lira
El tucán, el sinsonte
Y el colibrí anida en el corazón de los lirios negros¡
Ven!Nos amaremos en las majestuosas ruinas de un templo azteca
Tú serás mi ídolo
Un ídolo abigarrado infantil un poco feo y extrañamente raro ¡Oh ven!
Si quieres iremos en aeroplano y volaremos sobre el país de los mil lagos,
Allí las noches son desmesuradamente largas
el antepasado prehistórico tendrá miedo de mi motor
aterrizaré
Y construiré un hangar para mi avión con los huesos fósiles de mamut
El fuego primitivo recalentará nuestro pobre amor
Samovar
Y nos amaremos muy burguesamente cerca del polo¡Oh ven!
Juana Juanita Ninita nita tetita ninón
Mi chiquita mi cosita mi tesoro mi Perú
Arroró gurrumina
Pompón mi bombón
Mi preferida corazoncito
Nenita
Querida gatita
Mi lindo pecaditoChuchitaCucúSe durmió
Se durmióY no se engulló ni una sola de todas las horas del mundo odos los rostros vislumbrados en las estacionesTodos los relojesLa hora de París la hora de Berlín la hora de San Petesburgo
[y la hora de todas las estaciones
Y en Ufa, el rostro ensangrentado del artillero
Y la esfera tontamente luminosa de Grodno
Y el eterno avance del tren
Todas las mañanas se ponen en hora los relojes
El tren adelanta el sol atrasa
No le hace, oigo las sonoras campanas
La enorme campana de Notre-Dame
La campaneta agridulce del Louvre que convocó la San Bartolomé
Los carillones enmohecidos de Brujas la Muerta
Las campanillas eléctricas de la biblioteca de Nueva York
Las campanas de Venecia
Y las de Moscú, el reloj de la Puerta Roja que me contaba las
horas cuando estaba en una oficina
Y mis recuerdos
El tren retumba en las placas giratorias
El tren rueda
Un gramófono gutural iza una marcha gitana
y el mundo, como el reloj del barrio judío de Praga, gira locamente al revés
Deshoja la rosa de los vientos
Ya zumban las tormentas desencadenadas
Los trenes ruedan en torbellino sobre las redes enmarañadas
Baleros diabólicos
Hay trenes que nunca se encuentran
Otros se pierden en el camino
Los jefes de estación juegan al ajedrez
Chaquete
Billar
Carambolas
Parábolas
la vía férrea es una nueva geometría
Siracusa
Arquímedes
y los soldados que lo degollaron
y las galeras
y las naves
y los prodigiosos artefactos que inventó
y todas las matanzas
La historia antigua
La historia moderna
la
Los torbellinos
Los naufragios
Hasta el del Titanic que leí en el diario
Otras tantas imágenes-asociaciones
que no puedo desarrollar en mis versos
Porque todavía soy un poeta muy malo
Porque el universo me desborda
Porque no me preocupé por asegurarme contra los accidentes de tren
Porque no sé ir hasta el fondo de las cosasy tengo miedo.
Tengo miedo
No sé ir hasta el fondo de las cosas
Como mi amigo Chagall podría hacer una serie de cuadros dementes
Pero no tomé notas de viaje
«Perdónenme la ignorancia
Perdónenme no conocer ya el antiguo juego de los versos»
Como dice Guillaume Apollinaire
Todo lo que se refiere a la guerra puede leerse en las
[Memorias de Kuropatkin
O en los diarios japoneses que están tan cruelmente ilustrados
Para qué documentarme
Me abandono
A los sobresaltos de mi memoria...
A partir de lrkutsk el viaje se hizo demasiado lento
Demasiado largo
Nosotros estábamos en el primer tren que rodeaba el lago Baikal
Habían adornado la locomotora con banderas y farolitos
Y dejamos la estación con los tristes acentos del himno al Zar
Si yo fuera pintor vertería mucho rojo, mucho amarillo en elfinal de este viaje
Pues en verdad creo que todos estábamos un poco locos
Y que un inmenso delirio ensangrentaba las nerviosas caras de mis
compañeros de viaje
Cuando nos acercábamos a Mongolia
Que retumbaba como un incendio.
El tren había disminuido su marcha
Y en el perpetuo rechinamiento de las ruedas percibía
Los acentos locos y los sollozos
De una liturgia eterna.
He visto
He visto
los trenes silenciosos los trenes negros que volvían del Lejano Oriente y
que pasaban como fantasmas
y mi ojo, como el fanal de popa,
aún corre tras esos trenes
En Talga agonizaban 100.000 heridos por falta de cuidados
Visité los hospitales de Krasnoiarsk
y en Jilok nos cruzamos con un largo convoy de soldados locos
En los lazaretos vi llagas abiertas heridas que sangraban a [rabiar los miembros amputados danzaban en derredor o alzaban
el vuelo en el aire ronco
El incendio se hallaba en todas las caras en todos los [corazones
Dedos idiotas tamborileaban sobre todos los vidrios
y bajo la presión del miedo todas las miradas reventaban
[como
abscesos
En todas las estaciones quemaban todos los vagonesy he visto
He visto trenes de 60 locomotoras que huían a todo vapor perseguidas por los horizontes en celo y bandas de cuervos que alzaban el vuelo desesperadamente tras ellos
Desaparecer en dirección de Port-Arthur.
En Tchita tuvimos algunos días de respiro
Detención de cinco días debido a la obstrucción de la vía
Los pasamos en casa del Señor Yankelevitch que quería
[darme a su hija única en matrimonio
Luego volvió a partir el tren.
Ahora me había instalado yo en el piano y me dolían los dientes
Cuando quiero vuelvo a ver ese interior tan tranquilo el
[negocio del padre y los ojos de la hija que de noche venía
[a mi cama
Mussorgsky
Y los lieder de Hugo Wolf
Y las arenas del GobiY en Jailar una caravana de sombreros blancos
Realmente creo que estaba ebrio durante más de 500 kilómetros
Pero estaba en el piano y
eso es todo lo que vi
Cuando se viaja habría que cerrar los ojos
Dormir
Hubiera deseado tanto dormir
Reconozco todos los países con los ojos cerrados por su olor y reconozco todos los trenes por el ruido que hacen
Los trenes de Europa son de cuatro tiempos mientras que los
[de Asia son de cinco o siete tiempos
Otros van en sordina son canciones de cuna
Hay algunos que por el ruido monótono de las ruedas
me recuerdan la pesada prosa de Maeterlinck
He descifrado todos los textos confusos de las ruedas y
[reunido los elementos dispersos de una violenta belleza
Que poseoy que me acosa.
Tsitsikar y Jarbín
No voy más lejos
Es la última estación
Me apeé en Jarbín cuando acababan de prender fuego a las [oficinas de la Cruz Roja.
Oh París
Gran hogar cálido con los tizones entrecruzados de tus calles
y tus viejas casas que se inclinan sobre ellas y se recalientan Como abuelasy aquí hay anuncios, rojo verde multicolores como mi
[pasado en suma amarillo
Amarillo el arrogante color de las novelas de Francia en el extranjero
Me gusta frotarme con los ómnibus en marcha en las grandes
[ciudades Los de la línea Saint-Germain -Montmartre me llevan al
[asalto de la Butte
Los motores mugen como los toros de oro
Las vacas del crepúsculo pastan en el Sagrado Corazón
Oh París
Estación central andén de las voluntades encrucijada de las inquietudes
Únicamente los droguistas aún tienen un poco de luz sobre [su puertaLa Compañía Internacional de Wagons-Lits y de los Grandes
[Expresos Europeos me envió su prospecto
Es la iglesia más hermosa del mundo
Tengo amigos que me rodean como pretiles
Cuando parto tienen miedo de que no vuelva másTodas las mujeres que conocí se alzan en los horizontes
Con los gestos lastimosos y las miradas tristes de los semáforos bajo la lluvia
Bella, Inés, Catalina y la madre de mi hijo en Italiay aquélla, la madre de mi amor en América
Hay gritos de sirena que me parten el alma
Allá lejos en Manchuria un vientre se estremece todavía
como en un parto
Querría
Querría no haber hecho nunca mis viajes
Esta noche me atormenta un gran amor
Y a pesar mío pienso en la pequeña Juana de Francia.
Fue en una noche de tristeza cuando escribí este poema en honor de
Juana
La pequeña prostituta
Estoy triste estoy tristeIré al «Conejo ágil» a recordar mi juventud perdida
y tomar unas copitas
Luego volveré solo
París
Ciudad de la Torre única del gran Patíbulo y de la Rueda
París, 1913
martes, 18 de noviembre de 2008
POEMAS DE LOUIS ARAGON
El grado más alto de la tristeza tanto puede ser
un general ciego mendigando a través de las islas
como hacia las 3 de la mañana la avenidade la Opera
No hay límites para la melancolía humana
Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide de las lágrimas
Estáis seguros de padecer tanto como una mujer estrangulada
en el momento en que ella sabe que todo ha terminado
y desea acabar
Estáis seguros de que no valdría más
ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las horas que se acercan
Desde hace tiempo vivo mi último minuto
La arena que mastico es la de una agonía invisible y perpetua
Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el peluquero
son las únicas en delatar el negro infierno interior que me habita
Como cuerpos privados de sepultura
los hombres se pasean por el jardín de mi mirada
Soñadores inexplicables
o soy el único a quien golpea una mano desecada
en este desierto poblado entre estas flores áridas
Amo y soy amado
Nada nos separa
Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido del amor
El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo
Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a aullar
Detrás de mí arrastro el manto fantasmal de las intenciones ocultas
Una cadena de perfeccionamiento del dolor moral
suena a mis pies espantosamente desdichados
Amo y nos amamos pero en medio de un naufragio
pero en la punta de un puñal y no puedo
no puedo soportar el mal que esto ha de hacerte
Tus ojos amor mío desorbitados por todo lo que no sea placer
Que me arranquen el corazón con tenazas
que terminen con mi cabeza que se despega
Bebo una leche como tinta y la hora del mediodía
se parece al carbón de los pantanos
donde se marchita el Sphagnum al que tomo por mi imagen en los espejos
Yo amo Yo te amo pero
en la cala de un barco en el instante de dar el salto impaciente
Innoble impaciencia de saber si eso podrá soportarse
Es probable que todos me juzguen un criminal
guiándose sólo por las debilidades y el aspecto
Ese hombre que según los diarios de la mañana decapitó a su amante
mientras dormía a su lado sollozó en el juzgado
La había asesinado en el cuarto después
en el sótano primero con un cuchillo luego con una sierra
separó la cabeza adorable para poner
el cuerpo en una bolsa lamentablemente algo pequeña
Sollozó en el juzgado
No somos acaso parecidos a las palmas
que crecen unidas florecen y fructifican
para dar una imagen del amor perfecto
El otoño llega con las manos llenas de ilusiones
resplandecientes
Qué crimen es ese que me hace sollozar
Mirad mi amor está vivo
Muéstrate querida mía
Nada podréis probar
La coartada verde como una floresta
se extiende por el horizonte donde graznan inútilmente los cuervos
Sin embargo en cada árbol hay un ahorcado que se balancea
en cada hoja una mancha de sangre
Qué puede haber peor que el cielo al amanecer o el betún de la tarde
Qué es eso que me impide morder a los paseantes en los bulevares
La amargura que siento crecer en mí puede ser el primer torrente de un diluvio
a cuyo lado el otro parece un vulgar desborde de cloacas
Recuerdo que en mil quinientos cuarenta y uno
cerca de Pavia
cuando me apresaron en la campiña por donde
deambulaba víctima de los primeros efectos del mal
los campesinos no quisieron creerme cuando les dije la verdad
Rehusaron tomarme por lobo furiosoa causa de mi piel humana y Santos Tomases
eternos de la ciencia experimental
cuando les confesé que mi piel lupina estaba oculta
entre pellejo y carne
con sus puñales me hicieron tajos en los miembros y el cuerpo
para verificar mis melancólicas afirmaciones
no me tocaron la cara
espantados por la atroz poesía de mis rasgos
Qué es eso que me impulsa a aullar en las tumbas
qué es eso que me obliga a escarbar irresistiblemente en el polvo
donde duermen los enamorados en descomposición
Qué vas tú a exhumar como si la luz viviente
no tuviera bastante con las heridas de los vivos
Dadme el lenguaje tenebroso de los ajusticiados en la silla eléctrica
el vocabulario último de los guillotinados
La existencia es un ojo reventado
Que se me entiendabien un ojo que hacen reventar a cada instante
el harakiri sin fin
Me enfurezco
al ver la calma idiota con que reciben mis gritos
Por eso quiero sacar de las fosas hipócritas
a los fallecidos de muerte violenta
con sus pupilas horrorizadas quiero desterrar a las víctimas de las catástrofes
cuyos esqueletos conservan las posturas del terror
que se adaptan maravillosamente a estos días que corren
Decía precisamente mi vecina que hay
gentes que se tiran al agua
Si soy una bestia babosa a quien el asco del mundo
hace babear sería muy fácil acabar con todo
amor mío amor mío oyes esta blasfemia
No es la palidez del amor no es la palidez de la muerte
sino la de los lobos ésta que hay en mi rostro
No puedo morir a causa de esta flor inmensa
cuyo cáliz no puedo soportar que se cierre
Se ha logrado un notable progreso en materia de torturas
sobre el cobayo que soy
sobre el cobayo salvaje que soy las dos manos
atrapadas en dos puertas
el amor la muerte
y unos hércules abstractos se apoyan sobre las dos puertas
con la tranquila seguridad de un número de music-hall
ejecutado sin ningún esfuerzo aparente
Cómo nunca notaste que mis besos se parecían a las
palabras sacrílegas que son todo lo que queda por decir a los esclavos descuartizados
Cómo nunca notaste que te amo en el instante mismo en que me matan que es siempre la última vez que gozo abominablemente
[en tus brazos
Tus brazos tan bellos que ahí está justamenteahí está lo más terrible
Todo tendrá que acabar de modo salvaje
Yo te perteneceré hasta arrojar a tu amante a las fieras
O lo haré examinar con engaños por un médico alienista
o bien lo mataré fríamente
amor mío
durante su sueño mientras yace pálido y desnudo
mientras los lobos surgen en torno de los cementerios donde duermen
los bellos días que pasamos juntos amor mío.
martes, 11 de noviembre de 2008
TALLERES DE POESÍA GRUPO CERO
domingo, 9 de noviembre de 2008
MIS POEMAS INÉDITOS. UN PEQUEÑO ADELANTO DE POEMAS AFRODIASÍACOS
El cuadro es el nacimiento de Venus, de Botticelli. Como la perla nace del incansable trabajo de la ostra, así el amor (venus, la diosa del amor) nace de su ostra, creo que es una buena metáfora para ilustrar estos poemas. Un afamado escritor español (creo que puedo decir que se trataba de Ramón Pernas) me dijo una vez que estos poemas eran llamativamente masculinos. Supongo que se refería a que en ellos la posición de la mujer es activa, es decir, en sus páginas hay una mujer deseante, el psicoanálisis tiene mucho que ver en esto. La influencia de Carilda Oliver Labra (amada poeta cubana) es manifiesta, no puedo ni quiero negarlo.
Leyendo los poemas en el recital Cinco mujeres en el mundo, en el seno del XVI Congreso Internacional Grupo Cero Clínica Psicoanalítica (Oct 2008).
NO PUEDO HACERTE RESPONSABLE.
No puedo hacerte hoy responsable de mi sueño, ni de nada.
Crucé mares de oxígeno en tu búsqueda, tú no estabas,
quise encontrarte muchas veces, tanto quise, que dibujé fantasmas.
En el marasmo de mis ocupaciones cotidianas,
te perdiste, celoso, irreverente, pequeño camarada del fracaso,
amante de la sangre derramada,
adalid de las nubes, viento frío en la cara,
mi centinela acorralado por su propia existencia figurada.
No puedo hacerte hoy responsable del tropiezo ni de la ciega dicha,
Mi amor te transformó en un príncipe,
y la corona que puse sobre el hombro, pesaba demasiado,
famélica figura que se escapa, fui yo que te pintaba,
fui yo que te escribía, fui yo que te escondí,
como un retazo de sol que envuelve a la mañana rosas blancas,
tras el ozono azul de mis palabras, mentira que refulge a la luz del desamor,
cuando cae el telón de la ignorancia,
y la verdad nos ciega con su luz tan extraña...
No eras hermoso, en mis ojos la belleza descansaba,
no eras siquiera bueno,
yo quería tanto que lo fueras...., que dibujé fantasmas.
¿POR QUÉ LO LLAMAN AMOR CUANDO QUIEREN DECIR SEXO?
El corazón palpita por encima de todos los sonidos,
en ondas sucesivas los latidos golpean tímpanos enardecidos.
En mi estómago, luciérnagas de invierno alumbran el último estertor.
Es una noche trágica, froto mis piernas como astillas hasta hacer nacer
fuego de ellas, fuego para tu sexo enaltecido por la espera…
No digas que me amas,
no quiero esta noche suaves caricias para engañar al tiempo,
quiero toda tu potencia varonil, tu terquedad, tu infinita gula,
quiero tu sexo horadando mi noche.
No me vengas ahora con dulces arrumacos,
con palabras amables,
con sutiles artimañas de enamorado encallado en mis rocas.
Quiero tus manos desenredando marañas de mi vientre.
Tu boca redescubriendo las islas perdidas de mi boca,
Tu cóncavo pecho y mis convexidades:
intensas soldaduras indelebles nos atan al futuro.
No es tiempo para amar. ¡Gocemos!
DESNUDO
Desnudo eres hermoso como una lágrima de luna,
desnudo eres azul y te confundes con la noche.
Desnudo te pareces a una roca tallada por la mano
de un dios concupiscente.
Todo es en ti belleza,
y yo que no puedo dejar de nombrarte,
yo que al juntar mis párpados te veo aparecer
y me encegueces,
yo que guardo tu imagen prendida en mi retina
incandescente,
yo que te esperé siempre,
yo que te llamo desde las nubes del cielo o del infierno…
¡Asáltame esta noche!
atraviesa los puentes de mi anhelo,
derriba las cancelas de mi sexo,
rómpeme el corazón en mil fragmentos
¡Llámame puta y noche, y misterio!,
llámame amor, dime que sí
y estarás muerto:
no se rinde la araña cuando atrapa a la mosca en su seno;
no se rinde en tu sangre mi veneno
vamos dime que sí, mi amor.
Desnudo eres hermoso como un verso,
desnudo eres mi aliento.
Alejandra Menassa de Lucia
MIS LIBROS DE POESÍA
Primera inquietud. Editorial Grupo Cero. 1995
YO MISMA
Como yo misma, libre o encadenada,
al eje moribundo de mi voz.
Como una mujer, como una niña a veces,
entretejiendo sueños, palabras en la noche.
Yo misma, desnuda en mi sonrisa,
rodeada de pequeñas ilusiones,
vibrando con tu voz, con tu mirada.
Yo misma estremeciéndome, yo misma emocionándome.
Tengo tantos principios,
que no he encontrado nunca un final a las cosas
y cuando río, río y cuando lloro, lloro.
No hay que darle más vueltas,
soy como son los otros.
LA COLINA DE ARGANDA DEL REY
Surgiste del furioso batir de fuerzas
intestinas, de magmas oceánicos.
Conociste el gusto salado de los mares
y emergiendo por encima de todo,
respiraste el oxígeno letal, del aire.
Cuando te miro veo
pequeñas sinuosidades indefensas,
esa fuerza de antaño,
ese deseo que rompió el mundo en dos
para abrirse a tu paso, para dejarte alzar,
agujas desafiantes al cielo,
ha sido limado por el viento,
agrietado por el frío,
mermado por el caer violento de las aguas.
Ahora te veo así, suavemente ondulada,
como el lomo de un gato.
Dan ganas de extender las dos manos y acariciar
esas curvas para oir tu ronroneo.
Dan ganas de abrazar tu desamparo.
Al oído del viento.Editorial Grupo Cero. 1999
HOY HE VENIDO A DESNUDARME
Hoy he venido a desnudarme,
y este primer botón que desabrocho,
es en honor a tí.
Me descubro los hombros silenciosos,
hombros tanto tiempo volcados
en los libros,
que adquirieron un olor imborrable papel.
El segundo botón se resiste,
contoneos del verbo esperando nacer.
Entre mis senos, torneados por la luna,
senos que alojaron el odio y el amor,
dejo caer una gota de perfume,
que se pierde en los recovecos del ombligo.
Inspiro tan profundo, que el tercer botón
es despedido de su ojal brutalmente.
¡Y ahora sí! mi cintura se muestra
como una uva dorada.
Las cremalleras son como bocas
cerradas, pero esta boca mía
se empeña en decir palabras
que delaten mi sueño
con suavidad la abro, y la falda
cae al suelo.
Pendiente vertical,
la meseta del vientre
que acogiera tu sexo
se refugia detrás de unas caderas
que son un grito desgarrado,
y las piernas se alzan altas
como las nubes perdidas
en el tiempo, moldeadas
de recorrer caminos entre versos.
- ¿Y?
-No sé, yo sólo vine a desnudarme.
La llave de los días. Editorial Grupo Cero. 2002
UN HÉROE URBANO
El frágil cuerpo de la joven muchacha
estaba perfumado y era blanco e inmóvil.
Estaba horrorizada y las lágrimas
se negaban a brotar de los párpados.
Su lengua paladeaba aún
la última gota de café, algo cotidiano
para borrar esa violencia, su rodilla
golpeada contra el suelo rezumaba
unas gotas de sangre y negro
e intentaba salvar ese abismo
con sus ojos, con todas sus pupilas.
El hombre había tirado de su bolso
con extrema violencia,
como quien arranca gemidos de una virgen
y la muchacha había sentido el suelo
en todo el cuerpo y después,
el hierro congelado de los raíles.
Un amor olvidado por su madre
renació en su tierno corazón
y casi inundó el pánico.
Jakim se había levantado esa mañana
lejos de su pais y le costó entender
qué era lo que pasaba.
Había soñado con su esposa de negros ojos
y piel tersa, más bella que la luna en primavera
y ahora no podía comprender su ausencia.
Recordó haber llegado un día hace tres meses,
pero esa noche, después de volver
a su país en sueños, era muy duro el despertar.
También a él lo congeló la escena,
cientos de observadores inmóviles
tejían una red de exclamaciones,
peo sólo Jakim se arrojó a aquel
pozo oscuro, porque para salvarla
no bastaban cien ojos, ni doscientas pupilas,
ni la red de las voces, ni las lágrimas,
ni el amor de una madre muerta.
El tren se acercaba con implacable paso
el silencio pintaba las paredes,
no había lugar siquiera para el llanto
y se habían detenido todos los corazones.
Jakim tomó en brazos a la muchacha,
que ascendía como por una escalinata
de aplausos, y la dejó en el suelo.
Por un momento, todos se habían
olvidado del tren, de su insistente
caminar, no oían el ruido de las ruedas
surcando los raíles, sólo vítores y palmas.
Jakim apoya las dos manos en el borde
y uno de sus pies para tomar impulso.
Pero ya llegó el tren,
ya se enredaron las ruedas en su ropa
y como un toro embravecido
que ha corneado al torero y ha olido su sangre,
lo arrastra golpeándole la cara contra el muro.
La esfera de su ojo derecho estalla,
se vacía, se pierde junto con trozos
de su piel y Jakim ya sólo
siente los golpes, no ve nada.
El tren ha huído y el héroe yace
ahora en el campo de batalla.
Le dieron una medalla,
le dieron un pequeño piso,
se olvidaron de darle un permiso de trabajo,
le cortaron el teléfono y la luz,
le detuvieron varias veces
por mendigar donde no correspondía
y la bella señorita de piel blanca
paladeaba como siempre su café.
La muerte en casa. Editorial Grupo Cero 2003.
Este libro obtuvo el Primer premio de Poesía de La Asociación Pablo Menassa de Lucia, en su cuarta convocatoria (2002)
EL TESTAMENTO
No quisiera estar triste , justo hoy,
que vienes a buscarme,
me he adornado con los versos más bellos.
Ayer leí toda la noche a Rimbaud:
Una temporada en el infierno,
¿te ríes?. No es gracioso,
ningún mérito tengo para acabar
con mis huesos en el cielo,
se me olvidó el padre nuestro
apenas salía de la edad de la pena.
Es una rara sensación saber
que hoy es el último día de mi vida,
no habrá otro miércoles para mí.
Mis ojos se acostumbrarán al acolchado azul,
a la madera
y al pequeño cristal por dónde asoman
curiosos los gusanos y dibujan mi nombre
con su estela
caliente de miseria y de baba
¿Se acostumbran también
los oídos al silencio?.
Qué soledad poblada,
qué tristes los lamentos
cuando no tienen voz.
Pero yo me he pintado los labios
con el carmín de los asesinatos,
estoy ebria de ti , mi príncipe certero.
Porque yo sé que tienes muslos de Atlas,
y un pecho varonil donde apoyar
cansina mi cabeza, tan llena de palomas.
Porque yo sé que hoy vas a besar
mi boca con tus labios de cieno,
y no me engaña tu nombre de mujer.
Podéis hacer conmigo lo que os plazca:
regar las magnolias de mi corazón,
donar mis órganos al Museo
de Ciencias Naturales,
rezarme en francés o en arameo.
Pero os juro, que me levantaré
furiosa como un león herido
de mi tumba y que os maldeciré
en todos los idiomas,
si no escribís en mi epitafio un poema:
Se llamaba Alejandra,
murió a la edad de 154 años
y tenía en los ojos una nostalgia honda,
y en los labios más versos que las hojas del árbol que la guarda.
O quizás : aquí yace un poeta,
poco importa su nombre,
el que quiera saber,¡que vaya y lea!.
No quiero flotadores en mi nicho,
quizá un parasubidas, como el de Altazor poeta.
Los versos no pierden nunca las alas ni el deseo de volar.
Ah,¡ tomad el oro!,
de nada ha de servirme
cuando mi carne reblandecida
ceda al beso de la larva
deshaciéndose en nauseabundos néctares,
Y dejadme unas flores,
orquídeas si es posible
sobre la oscura piedra,
que se vayan secando
al ritmo de mis músculos.
Primero el pétalo perderá
su blancura,
y mi piel se hará lechosa,
se desprenderá al menor roce.
Amarillearán los bordes de la flor,
y mi grasa se habrá licuado
cual inútil brebaje, también amarillento.
Perderá toda el agua el órgano del árbol
y un festín con mi hígado
se darán los gusanos.
El tallo cederá más tarde su frescura,
pero mis huesos son como mármol
de Grecia, y os será más difícil acabarlos.
Es tan aburrido morirse sola, sola,
un ataúd biplaza sería lo mejor.
Firmo este testamento con tinta de mi sangre.
Y mirándome al espejo
retiro con el mismo
pañuelo de las lágrimas
el carmín de mis labios
y no te espero más,
El hombre es ese ser que se equivoca
hasta en la fecha oscura de su muerte...
LA MUERTE ESCRIBE UNA CARTA A LOS HOMBRES
Es la muerte que os habla,desde vosotros, desde todo lo finito.
La muerte que os escribe esta carta de amor.
Pensáis que soy una dama vieja,
porque os he acompañado desde que el primer poeta
hizo girar a la palabra mundo.
Pero yo nazco y muero en cada uno,
nací ayer y naceré mañana.
tengo la edad de los amantes
que se separan
hasta el día siguiente,
la edad del poeta que pone
tembloroso el punto final al poema.
No tengo pactos con Dios.
Pléyades de gigantes,
de brujas, de gnomos y vampiros
pensáis que son mi corte,
más nadie , sino vosotros
me acompaña.
Un bisturí-guadaña confudis con mis brazos,
abisales tentáculos
para cobijar en mi seno vuestra pena.
Y yo no tengo brazos.
Me hacéis en vuestros sueños
tener el rostro poblado
por los surcos del tiempo,
uno por cada hombre
que abandonó la tierra para ser tierra.
Y yo no tengo rostro.
Y me vestís de negro,
y yo os diré que aunque no tengo
cuerpo, mi color es rojo como la esperanza.
Y todavía me hacéis decir palabras,
Y yo no tengo voz
Venid mis pequeños,
hombres fuertes, adustos,
como soles vestidos de silencio,
mujeres con sus libros bajo el brazo.
Niños jugando al juego de la vida.
Buscad en vuestro corazón,
buscad en vuestra casa.
Buscad en cada olvido,
en cada sueño,
las diamantinas perlas
de mi nombre,
mi huella invisible y silenciosa,
Y cuando hayáis constatado
mi presencia,
olvidaros también de vuestro hallazgo,
y vivid como si yo me hubiera
mudado para siempre de vuestro corazón,
de vuestra casa.
La piel del deseo. Editorial Grupo Cero. 2005. Este libro obtuvo el Premio al mejor libro de poesía 2006 de la International Writers and Artist Association. (Asociación internacional de Artistas y escritores)
VOY A COMPRARME UN POETA
No, un hombre sólo no me basta.
Unos se han construido
una inteligencia contemporánea
y se alcanzarán con ellos
las más altas cimas de la conversación.
Otros hacen el amor como si fueran
todo un cuerpo de manos y de labios.
Algunos lo darían todo por amor,
y otros saben bien que el amor solo,
se pudre como una manzana mordida
a media tarde.
Pero un poeta, un poeta
cuando te dice que te ama,
lo dice con palabras
que hacen del amor una bandera,
de los besos estrellas
reventando en los labios,
de la piel un país habitado
por caricias tumultuosas,
por un ejército de hormigas
como bocas hambrientas de pasión
y de la noche el tiempo
dónde los cuerpos se diluyen,
se confunden los nombres,
y todo se trastoca en aras del amor.
Voy a comprarme un poeta,
de esos que te mandan
mensajes en botellas,
que ahora se llaman libros,
y que encierran, no un barco, sino un hombre,
que nadie sabe por donde entró.
FIEBRE
Fiebre, fiebre de cuarenta encuentros,
de certeros grados, fiebre de flecha inmensa,
fiebre de soledad.
La mosca del sexo ha alojado en mi sangre su veneno.
Lo digo por decir, en realidad,
la mosca del sexo ha nacido de mi carne,
se ha alimentado de mi sangre,
ha vivido años entre mis piernas.
Yo soy la mosca del sexo.
Fiebre, fiebre que no se calma más que instantáneamente
con tu semen,
fiebre que no desciende sino con tu saliva,
que no sabe inclinarse más que frente a tu voz.
Mi deseo encontró a quien rondarle.
Fiebre. Fiebre desesperada.
¿Te has tragado todos los imanes?,
que mi metálico pecho no quiere sino arremeter contra tu pecho.
¿Te has comido la miel que quedaba en
los panales del mundo?
que mi sexo, abeja milenaria
escapa hacia tu boca en vuelo vertical .
Víctima de mis besos,
depositario del tesoro de palabras que te debo,
héroe de papel.
Tu voz es el incendio en que se queman todos mis prejuicios,
tu voz es una tea forjada con pétalos de rosa.
tu voz es mi condena.
Me ha picado tu voz en pleno corazón,
y es un veneno dulce como de alondras anidando debajo de mi piel.
Fiebre, fiebre ....fiebre.