En este blog se publicarán poemas de poetas consagrados, poemas de la autora y de otros poetas contemporáneos, información sobre actividades artísticas:cine, pintura, música, y artículos sobre la creación desde un enfoque psicoanalítico.
POR AHÍ ABAJO UNA HUMEDAD ARDIENTE. (Verso de Rafael Alberti).
Tu juguetona máquina de hablar busca en mis huecos el latido perdido. Esa insomne viajera que no quiere descanso en mi presencia, esa que me perfora las razones.
Soy meseta que tu saliva puebla de vegetaciones de verdor imposible, soy desierto que reza por tus nubes, que pide de rodillas tu tormenta de estrellas seminales y ptialinas.
¿Cuándo vas a lanzar tu caña para pescar los peces que anidan en mi vientre? ¿Cuándo vas a envolverme con redes de tus manos cuándo vas a ser faro de esta costa, velero en estos mares que sostengo entre mis muslos?
Ven que quiero que encalles en mis rocas, marinero sin traje, capitán de algún barco sin orillas. Busca aquí los tesoros que perdiste, con el mapa que tienes en tu boca,
llena de olas la espuma que destilo, que yo devolveré uno a uno los besos, que dejaré en tu altar todos los rezos, que exhumaré cadáveres del sexo. Y abriré para ti mis ataúdes.
Respírame, soy tu aire, respírame. Hazme vibrar a 10 minutos por segundo. Sácale punta al grafito de los sueños, con este afilalápices que guardo,
¿Cuándo, cuándo mi amor? Late el deseo más alto que la luna.
Cuadro: La verdad saliendo del pozo. Edouard Debat Ponsan.
NAVIDAD 2009.
El año no se va, lo hicimos palmo a palmo,
fuimos poniendo penas de hilo rojo en su ribete,
fuimos dejando amores sembrados en sus márgenes,
fuimos palideciendo de tanto invernear
por las lúgubres esquinas de la página en blanco,
de encenderle fogatas con nuestros versos
refulgentes de sangre y ataviados de espanto o de dulzura.
Una de cal caliente y otra de arena efímera,
una de amor rompiendo las estrechas baldosas
por donde ronda la muerte,
otra de muerte echándole capotes a la vida.
Fuimos haciendo el año, amasando su pan
de noches tiernas, y su pan ázimo sin lágrimas
que hagan subir la masa en su mortaja de fuego acompasado.
El año se deslíe: lo cumplimos, redondo,
como una uva dorada, lo cumplimos a pulso y dentellada,
lo cumplimos 365 veces,
nos levantamos felices los números impares,
y los pares…felices.
Y ahora romperemos la cáscara para asomar
briosos al 2010 que nos espera.
Porque somos la sabia renovada,
el hallazgo del verso en plena vida;
El correr de las horas hacia metas ignotas;
crecemos hacia el verso, el sol nos ilumina.
Este año no se termina, no, recién lo hicimos nuestro,
recién lo hemos bailado de Enero hasta Diciembre,
y suena a cascabeles enlutados, a rioja regando
los decires, a mazapán caliente y a tus labios,
tus labios que beso, poesía, tus labios tan amados…
que en ellos me pierdo cada año.
Este poema es para el mundo, como todos los poemas, para el gran mundo, pero también para el pequeño mundo de Internet: aquellos que me acompañásteis en mis primeros pasos por la blogosfera: Maite, querida, Salvador Arnau, anfitrión de versos, Alonso de Molina, a pesar de todo, Verónica Rodriguez Orellana, por tus versos tan libres, Jose, que me regala tan a menudo su lectura y me divierte con sus relatos, Francisco Legaz, tan cercano en los versos, late en la ondas tu voz acompasada, Mi amigo Catamarcano: Goyo Schang, que siempre tiene una palabra dulce, Braulio, desde su Portugal querido, Santi Tena, desde su cercana lejanía, Leni, tan bello corazón que late en sus poemas, y Mariángeles Fernán Gomez, tantas cosas haces por la poesía, y el joven Lan, de alma inquieta y pluma fácil, y Chache, su poesía social y su magnífica inclinación al séptimo arte, y Francisco Javier, desde tierras andaluzas, con su gracia y con su arte., y El Drac, desde lejanas tierras Peruanas, certero verso. Y se me olvidan muchos y otros no caben casi en la página.
y los más cercanos blogueros del Grupo Cero: Miguel Menassa, Amelia Díez, Pilar Rojas, Carlos Fernández, Miguel Martínez, Magdalena Salamanca, Cruz González, Claire Deloupy, Helena Trujillo, Mónica López, etc., etc., con los que hemos tejido innumerables redes cibernéticas.
Gracias a todos por un año más hecho día a día, entre otros.
Cuadro: La blanca nieve de tu piel. Alejandra Menassa.
¡Esa esponja gris! Ese marinero recién degollado. Ese río grande. Esa brisa de límites oscuros. Ese filo, amor, ese filo. Estaban los cuatro marineros luchando con el mundo. Con el mundo de aristas que ven todos los ojos. Con el mundo que no se puede recorrer sin caballos. Estaban uno, cien, mil marineros luchando con el mundo de las agudas velocidades, sin enterarse de que el mundo estaba solo por el cielo.
El mundo solo por el cielo solo. Son las colinas de martillos y el triunfo de la hierba espesa. Son los vivísimos hormigueros y las monedas en el fango. El mundo solo por el cielo solo y el aire a la salida de todas las aldeas. Cantaba la lombriz el terror de la rueda y el marinero degollado cantaba al oso de agua que lo había de estrechar y todos cantaban aleluya aleluya. Cielo desierto. Es lo mismo ¡lo mismo! aleluya.
He pasado toda la noche en los andamios de los arrabales dejándome la sangre por la escayola de los proyectos, ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura. No importa que cada minuto un niño nuevo agite sus ramitos de venas ni que el parto de la víbora, desatado bajo las ramas, calme la sed de sangre de los que miran el desnudo. Lo que importa es esto: hueco. Mundo solo. Desembocadura. Alba no. Fábula inerte. Sólo esto: Desembocadura. ¡Oh esponja mía gris! ¡Oh cuello mío recién degollado! ¡Oh río grande mío! ¡Oh brisa mía de límites que no son míos! ¡Oh filo de mi amor! ¡Oh hiriente filo!