lunes, 8 de diciembre de 2008

A LOS 36 TOCA EXILIARSE DE UNO MISMO


A los 36 años, uno puede pensar que ya agotó en su andar
los números de la ruleta en los juegos que gobierna el azar,
o que los fue haciendo todos, amasándolos, construyendo sus años del 1 al 36.
36 pasos dados, 36 puntos y seguido, 36 renaceres del sol en mi mirada.

A los 36 años mi padre se exiliaba.
De algo nos exilia a todos una edad nueva
que brota de las manos y nos pide que la amemos,
quizás de lo que fuimos.

No es poco lo que hicieron estos años conmigo, ni lo que hice con ellos
Hubo noches donde todo el misterio era otra voz,
Hubo noches donde la escritura marcaba a fuego mi corazón.
Hay cosas que ya no podré dejar de amar:
cosas que se entrelazaron a las fibras: músculo y verso, un solo ser,
el infierno de Baudelaire es mi infierno, son mías las voces debidas de Salinas,
es mío el paracaídas de Huidobro, es mía la tierra que promete la poesía de Menassa,
soy el centauro y el rey que la alcanzará alguna vez en algún poema.

No es poco lo que hicieron estos años conmigo, ni lo que hice con ellos,
en el poema fui lobo y presa de los lobos, equilibrista y maga, virgen y puta,
misterio y dilucidación, esclarecimiento último de las horas por venir
y el mismo Tiresias en su penumbra.
Y aprendí con otros a saber del deseo que habita mis entrañas,
a cabalgar caballos imposibles: lo que era un abismo se tornaba
miserable grieta, lo que era una montaña inescalable, pepita de oro.

Tengo la lengua azul de tanto pasarla por las palabras.
Y esta vez el azul teñirá el globo,
porque a mis 36 años he decidido darme al mundo.
Ya no me pertenezco, humano ser, he dejado de serme, de ser mía.

Y a todos mis amados, a todos mis amantes, gracias,
porque lo que importa por sobre todas las cosas, es tener alguien a quien amar:
Hombres, mujeres, pensamientos, poemas, volcanes en erupción, praderas infinitas,
estepas…

36 años de concubinato con mil poetas y con ese vienés extraordinario
cuyo apellido es la alegría en mi país: querido Freud, entendí algo,
por fin tu pequeña aprendiz hizo una luz para ella con el combustible de tu ciencia,
pequeña luz que acabará con alguna ceguera empecinada.

Voy por los próximos 36 libros, 36 películas, 36 amores, 36 poetas, 36 luces con sus 36 oscuridades, voy de 36 manos, con 36 almas, con estos 36 versos, más uno: que nunca falte un año más para cumplir, para posar el pie y dejar la huella propia en la blanca estela de los días.


Alejandra Menassa de Lucia.

17 comentarios:

  1. Tu poema me conmueve mucho. Es extraordinario.
    Muchas felicidades.

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  2. Gracias por llevar tan alto el estandarte de la poesía...Este bellísimo poema nos implica a todos.

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  3. Gracias Sylvie, fue un goce escribir los próximos 36.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. ¡Un poema único entre tus poemas, un año único entre tus años,y tu voz siempre abierta y de registro permanente guiando las palabras que buscan su cobijo!
    ¡Feliz edad!
    Gracias

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  6. Si, todos estrenamos cada año una edad nueva. Gracias por formar parte de mis 36.

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  7. Poemas como estos conmueven en lo más profundo haciéndonos resurgir a una otra dimensión. Poemas así cambian la vida. Gracias por existir. Felicidades

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  8. Felicidades por la cifra, por la palabra, por el poema, por ti.
    Muchas gracias.

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  9. Bellísimo poema Alejandra, hace que el alma del oyente quede temblando...
    Enhorabuena, y muchas gracias por cumplir.

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  10. ¡Felicidades por los años, y por la forma de cumplirlos!

    Kepa

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  11. TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR... ES LO QUE DICEN X HAY...

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  12. Buenisimo Ale, Te felicito y arriba los 36...
    Un beso grande
    Leandro

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  13. Más que bonito! ¿Fenomenal! Gracias por escribir y publicar.
    Felicidades, un abrazo fuerte
    clémence

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  14. Aprovecho para decirles que escuchen los poemas de Germán Pardo García y Leopoldo de Luis y dejen sus comentarios. Les van a encantar
    Besos. Alejandra

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  15. Tú sí que eres una pepita de oro, Alejandra... cuidado con el tono de despedida del poema, inquieta...
    ¡Felices 36... y más!
    ANA W.

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  16. Gracias Ana, no es una despedida, es una bienvenida.
    Besos

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  17. Tuve que "refrescar" mi comentario en tu blog para entender tu respuesta... tan tardía. Ahora estoy en un programa de palabras. Qué ironía!
    Mil besos,
    Ana W.

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