Cuadro: Borrasca, de Levy Dhurmier.
No me advertiste que tenías un volcán en la boca,
me muero porque su lava invada todos mis rincones.
No me dijiste que tus labios eran la cuna del fuego:
mi ardiente Prometeo, robaré tus labios cada noche.
Como Ave Fénix, resurgiré de las cenizas
en las que me sume tu incandescente boca,
sólo para volver a besarte,
y volver a arder, y volver a besarte:
tus llamas son un imán para mi noche.
Seré tu Juana de Arco, quémame cada hora
en la hoguera que sobre mi cuerpo van construyendo tus labios.
Hazme arder otra vez hasta fundirnos:
metales preciosos nuestros cuerpos.
Sé mi Nerón: prende fuego a tu Roma,
mi boca no entiende otro lenguaje que la llama de tus besos,
las pavesas del cielo, los refulgentes meteoritos de tus labios.
No te apagues jamás, no te extingas jamás,
la tea ardiente del deseo guarde para siempre
el inagotable calor de tus labios,
tus labios que derriten el hielo,
tus labios que me impregnan de luz,
tus labios: imprecación al fuego,
Tus labios: destino de mi boca,
estación final de mi deseo.
me muero porque su lava invada todos mis rincones.
No me dijiste que tus labios eran la cuna del fuego:
mi ardiente Prometeo, robaré tus labios cada noche.
Como Ave Fénix, resurgiré de las cenizas
en las que me sume tu incandescente boca,
sólo para volver a besarte,
y volver a arder, y volver a besarte:
tus llamas son un imán para mi noche.
Seré tu Juana de Arco, quémame cada hora
en la hoguera que sobre mi cuerpo van construyendo tus labios.
Hazme arder otra vez hasta fundirnos:
metales preciosos nuestros cuerpos.
Sé mi Nerón: prende fuego a tu Roma,
mi boca no entiende otro lenguaje que la llama de tus besos,
las pavesas del cielo, los refulgentes meteoritos de tus labios.
No te apagues jamás, no te extingas jamás,
la tea ardiente del deseo guarde para siempre
el inagotable calor de tus labios,
tus labios que derriten el hielo,
tus labios que me impregnan de luz,
tus labios: imprecación al fuego,
Tus labios: destino de mi boca,
estación final de mi deseo.
Alejandra Menassa, del libro de próxima publicación Poemas Afrodisiacos.
Ufff!
ResponderEliminarEso es un poema, ¡qué barbaridad! Esa forma de sentir el fuego, esa pasión ecendida entre tus letras. Impresioante. Enhorabuena. Gran calidad literaria y sensibilidad a raudales.
Un beso
que ternura
ResponderEliminartu alma caliente.
que fuerza.
pasion.
un beso
guauuuuu !!!!! cuanta pasion en tu poema... es delicioso
ResponderEliminarmuy bueno amiga
un beso
Gracias Reina, muchas gracias por la pasión de tu comentario.
ResponderEliminarBesos
Hola Braulio;
ResponderEliminarGracias. Caliente es un buen adjetivo para este poema, donde el fuego es el protagonista.
Un beso
Hola Goyo:
ResponderEliminarGracias por pasarte.
Te debo una visita
Abrazos
Precioso Alejandra... La verdad, es que no sabia que existia tanta poesia en los blogs y sobre todo escritos por mujeres...
ResponderEliminarMira que sois romanticas...
Un Besito...
Miguel Ángel,gracias por pasarte, pero la poesía no es romántica, la poesía es la verdadera historia de los pueblos. Todas las revoluciones tuvieron su poeta. Y los románticos, murieron todos jóvenes y de tuberculosis. jeje
ResponderEliminarBesos
La Pasión...
ResponderEliminarSe Escapa de cada Renglón
Volando con Libertad
A través de Tus Emociones
La Transmites
La Liberas
La Proyectas más allá
De Toda frontera.
Gracias por Compartir.
Un beso.
Ángeles.
Estimada Alejandra
ResponderEliminarEn mi blog,he publicado una rosa,bajo los regalos otorgados
La cual me Encantaría poder regalarte
Agradeciéndote así,en parte,Tu Generosidad al Compartir.
Un beso.
Ángeles.
Has conseguido que sufra de envidia sana :)
ResponderEliminarBello poema, bellísimo.
Saludos.
Manolo
Gracias Manolo.
ResponderEliminarUn saludo
Pasíon, extremecimiento sin límites, fuego interior, derrochas deseo pasional en cada poro de tus palabras. Te felicito es bellísimo.
ResponderEliminarGracias Francisco Javier.
ResponderEliminarLa poesía me apasiona, así es.
Un beso
Hermosas imágenes...
ResponderEliminarViva la luz, fuego transformador de los mortales.
Gracias Francisco, un abrazo hasta el Caribe.
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