Cuadro: La pose. Falero
A don Julio ya no se le levantaba como no fuera con dosis elevadas de medicamentos u otros estímulos de uso tópico. No obstante aquella mañana sintió un levísimo estremecimiento al contemplar unas sandalias romanas con tacón de aguja. Aunque la moza del anuncio que las calzaba era todo un hembrón, el atribuyó el leve aumento de riego sanguíneo a las preciosas sandalias... y eso le bastó para llamar muy animado a su amiga “Sesenta pesos y veinte más por cada guarrería”. Le preguntó qué número calzaba y concertó una cita: -“Tengo un hueco a las tres y media”. -“¡Joder qué hora” respondió contrariado-, “Iré sin comer porque a esas horas la sangre se me acomoda en el estómago y no se me levantan ni los párpados”....-“Es lo que tengo libre. Lo tomas o lo dejas”. Aceptó, pero algo le dijo que la experiencia no iba a ser como se había imaginado en un principio... Para no perder el dinero de la cita, repuso el pastillero, se aseguró de que llevaba la bomba de vacío, el spray y la crema retardante. A continuación tomó un taxi para que le llevara hasta la zapatería. Al contemplar aquel surtido de sandalias que calzaban sugerentes maniquíes, volvieron a surgir las mariposas por el pene... (Con la edad y la práctica, las mariposas se sienten, cuando se sienten, cada vez más abajo). Encontró modelo y número y lo compró: “Carísimas pensó al pagar- pero una resurrección espontánea bien se merece este sacrificio” Al salir de la tienda comprobó que faltaban más de tres horas. “Si camino me canso y ya se sabe cual es el resultado. Si bebo, éste... no resucita ni al tercer día. Y si como, me duermo. ¡Qué dura es la vida del amante a “cita previa”! El amor se hizo para el ¡aquí te pillo, aquí te cojo!. Los amantes de edad deberíamos tener un servicio de urgencias para estos casos. Pero como los políticos no tienen estos problemas, jamás harán una Ley que tenga en cuenta nuestro caso”.
Las horas pasaron lentas y monótonas. Cada vez que le entraba la somnolencia abría la caja y miraba las sandalias... y otra vez se le movían las mariposas. Por fin llegó el momento. La “Sesenta pesos”... le abrió en ropa interior transparente. Después de los saludos de rigor le ofreció las sandalias. En cuanto abrió la caja y las sacó comenzó la moza a lamer y chupar los tacones mientras le miraba con ojos de lujuria: “Así que es esto lo que querías” Él no entendió muy bien lo que quería dar a entender la moza, pero lo que si comprobó es que las mariposas ni se movían... Sacó el pastillero y se tomo dos. No obstante recordó el tiempo que tarda en reaccionar el medicamento y miró el reloj: Sacó del arsenal el spray. “Ya te he dicho otras veces le dijo ella- que eso no me gusta porque me escuece”.... Entonces echó mano de la bomba pero... ni por esas. Ella mientras seguía jugando con los tacones como si fueran penes. Y en un momento que él se dio la vuelta, le empujó hacia la cama quedando don Julio arrodillado en el suelo y con las posaderas en posición de recibir. Ella se le sentó a horcajadas en la espalda mirando hacia su culo y sin mediar palabra empezó a introducirle por el ano los dos tacones... Al concluir la media hora pactada, se levantó y le dijo: “Sesenta pesos y veinte más por cada tacón”. El hombre avergonzado y con el miembro tieso por los medicamentos pidió más tiempo: “Hoy me resulta imposible. Está a punto de venir el Negro. Pero vuelve otro día y lo repetimos. Las sandalias me las quedo...”
Francisco Javier Lorenzo
????????
ResponderEliminarUn beso amiga.
Hola amigo, un beso.
ResponderEliminarParece que el relato te sorprendió un poco.
Saludos
Si Linda, me ha sorprendido!!!
ResponderEliminarTú sabes que yo de puritano, no tengo ni pizca.
Pero no me ha gustado ese relato en tú blogs.
Mas que erótico, me ha parecido pornográfico.
Pero bueno, como dijo Garte, para el que le gusta es lindo.
He leido y escuchado poemas tuyos fantasticos!!!
Un beso amiga y te quiero mucho igual.
Este relato no es mío, es de uno de los integrantes del taller de poesía erótica. Hay que tomárselo con humor, Goyo, es más cómico que pornográfico, y a mí me pareció muy cinematografico. En fin, sobre gustos... cada uno el suyo tan particular.
ResponderEliminarUn beso Goyo. Estos días publicaré algunos poemas bellísimos que se han producido en el mismo taller de poesía erótica, quizás los encuentres más acordes con el tono de mi blog.