lunes, 19 de enero de 2009

POESÍA. PEQUEÑA BIOGRAFÍA DE UN HOMBRE CONTEMPORÁNEO.GERMÁN PARDO GARCÍA


Cuadro: Dalí

Entre dos guerras deflagró mi vida.
Entre dos apogeos del estrago.

Dos guerras grandes cual el mundo mismo.
Antes de la primera yo fui blanco.

Después de la segunda ya tenía
el color de la pólvora tatuado.

Antes de la primera iba desnudo,
animal inocente por los llanos

frumentales. Después de la segunda,
cota de malla y corazón blindado.

Olía el musgo a semen de leones.
Los arroyos a orines de caballo.

Antes de la primera no tenía
temor del fuego, del rescoldo humano.

Durante la segunda, intensamente
los tuétanos salidos me quemaron.

Pude sobrevivir arrebatándole
a un muerto su rincón. Y así, empujándolo

como a un costal de carcomidos huesos,
lo eché del foso y me escondí en su cárcamo.

Después clamaban a millar de voces
que yo era un resurrecto. Y me apedrearon.

Antes de la primera, humildemente
como se brinda un pan daba la mano.

Después de la segunda la escondía.
Antes de la primera, noble el paso.

El de un hombre sencillo que confiara.
Después de la segunda, brinco largo

de tigre hambriento. Vida bifurcada.
Ni siquiera me duele recordarlo.

Carezco de dolor. No tuve triunfos
ni dignidad y soy uno de tantos


delincuentes que nombran las noticias
cotidianas. Un nadie. Un ser castrado.

Lo demás que pudiera referiros es aún
más torpe, sórdido y extraño

intimidad inverecunda y podre,
mi rostro no es auténtico,

es el falso que todos ya tenemos,
y conmigo porto un papel,

en uno de sus ángulos,
mi única dirección, no es verdadera,

teléfono ficticio y un retrato
lleno de arrugas, máscara de un hombre

deliberadamente equivocado,
alma y figura, nombre y domicilio,

todo simulación, todo bastardo,
lo que sé y lo que ignoro,

y lo que nunca podré saber
el sueño y lo insoñado,

la inmunda cabellera hasta la espalda
un infeliz andrógino barbado,

más podrían valerme estas señales
si algún día vulgar, un día amargo,

sin fecha, como hay muchos en la vida.
Sin prodigalidad, un día avaro,


yo me muero en la calle, como muere,
bajo la oscuridad, un perro anciano.

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