lunes, 6 de julio de 2009

SOY MUJER, TUVE MÁS DE UNA PALABRA SILENCIOSA. Norma Menassa

Cuadro: Eco. Alexander Cabanel.
OS RECUERDO EL RECITAL DE NORMA MENASSA EN EL COLEGIO MAYOR ARGENTINO (c. MARTÍN FIERRO 3, CIUDAD UNIVERSITARIA) EL 19 DE JULIO DE 2009, A LAS 19.00 h

Llega la consagración y empequeñecida la infancia
se abre entre cielos, agua, verde, sol y
corridas en medio de cálidas piernas siempre cerca del
temblor,
siempre cerca de rodillas lastimadas
por el ardor de las caídas incansables,
sobre el cuadriculado de cemento que sabía a sal,
a otoño pasando filoso entre las hojas
y el mástil rugoso, despintado de los árboles.

No había en las veredas más que reinos
que caían en los confines de las luces
cuando el sueño se anunciaba en los llamados a la cena
en los tiernos coloquios que breves se curvaban también sobre
[nosotros
para que la alegría se prolongue en el bisel de la cuchara y de
[la boca.

En torno de los ojos,
motivos se escalonaban,
entre un mar crédulo amenazado por invisibles partidas,
y altos navíos musicales envolvían las horas vespertinas,
donde mi padre esgrimía arpegios sostenidos
de perfumes amables
y cuentos árabes con sentencias de esfinge
entrelazadas en salas de ébano y sueños despeinados de
[cansancio.

Nutridos por la edad crecimos fuertes
aspirando los pólenes tardíos, y olores de ricino
con sudor en las frentes y nocturnos de fiebre
escapando hacia el alba azul
en la que amanecíamos entre todas las voces conocidas.

Aguas desnudas se fueron deslizando sobre el orgullo y la
[ternura
y el cielo se hizo profundo y la cabeza en alto trató de
alcanzar
de nuevo el reino que inventaba otras bóvedas de estrellas no
[nombradas,
de resplandores nutridos por soplos de la tierra,
de horizontes donde el sonido partía de mi voz o no partía,
donde era el signo de mi propio nacimiento.

Fui reina del absurdo
como la muchacha loca meciéndose a sí misma:
Eres dócil a los soplos de la tierra

y me doblaba en cada viento cardinal y en cada terremoto.
Eres dura como la piedra de la estatua
y en vez del mármol amé el cristal de roca.

Eres la pasión de los incendios
y voraz el rojo me tiñó la frente
y me vistió con sedas del espíritu,
el despojado aquél que me habitaba incuestionable,
que se unió a mí para pedirme sólo que estuviese
en esas noches de lunas a medias, en esos días de colores,
y tuve más de una palabra silenciosa.

Grandes claridades se abrieron.

Era largo el camino y siempre tenía algo que hacer en otra
[parte,
pero soñaba aguas misteriosas, grandes sabores en islas de
[frescuras,
frutos oleaginosos que nutriesen mi piel,
ríos de burbujas indeclinables
y ruidos de alas
en un cielo teñido de crepúsculo por el que viajaría hasta
la dulzura de una vejez
amada por la tierra como la tierra ama a las raíces
de los grandes árboles,
con los que pacta de una manera inexorable.
Raíces curvadas que se expanden como bóvedas al revés
y que sin saberlo auguran la partida por caminos de luz
que llevan a un blanco reino de papel
donde tal vez el cuerpo
se desprende de su sombra.
Norma Menassa
OS RECUERDO EL RECITAL DE NORMA MENASSA EN EL COLEGIO MAYOR ARGENTINO (c. MARTÍN FIERRO 3, CIUDAD UNIVERSITARIA) EL 19 DE JULIO DE 2009, A LAS 19.00 h

1 comentario:

MÁRA BELLINI dijo...

Hola querido Menassa, y al nos regalar ese lindo poema de Norma Menassa quería aprovechar y felicitarla, y también decirle que me encantaran sus poemas de ese poemario. Um fuerte abrazo