sábado, 12 de septiembre de 2009

Relato erótico. La huelga. Claire Deloupy. Trabajos del taller de poesía erótica coordinado por Alejandra Menassa

Cuadro: El abrazo. Egon Shielle.

Lo había visto tantas veces que hacía parte desde hace tiempo de mi paisaje cotidiano. El tren de las siete nos acercaba cada mañana a la hora donde se mezclan aun los sueños y la realidad. Me había gustado desde el primer día su negra mirada de tragedia griega. Día tras día aprendí a conocerlo mejor o no serán acaso mis fantasías que le iban adornando con una vida que poco tenía que ver con la realidad. Le revestía con un trágico destino y entonces, yo era la única capaz de sacarlo de su melancolía. Nunca sonreía, como si la tristeza hubiera invadido para siempre su cara y su alma. Él no parecía notar mi mirada ni nada de lo que le rodeaba sin embargo parecía que secretas cadenas nos unían desde siempre. Antes de que todo ocurriese, sólo un día, mientras yo leía por décima vez la carta que temblaba entre mis manos, sentí sobre mí la densidad de su mirada. A pesar del espacio que nos separaba me sentí de repente arropada por esa mirada que tan sólo imaginaba. Levanté lentamente, muy lentamente la mirada por miedo a que todo fuese mentira. Pero ahí estaban los dos ojos negros, clavados en mis ojos. Tres largos años con casi todas sus mañanas ¡y por primera vez, me miraba!. Fueron tres segundos, tres segundos de fuego sobre mi vida. Me miraba atento, serio, sin parpadear como si de mí supiera todo, como si sostuviera mi vida en su mirada. Me estremecí de proa a popa. En esa mirada me hice suya. Pasaron largas semanas hasta el día de la huelga. Y cada día, cada día buscaba en vano su mirada. Pero aquella mañana, con el desorden reinante en la estación por la escasez de trenes, todo era un caos. Conseguí a duras penas entrar en el vagón. Nervios, empujones y por fin el tren en marcha. Miré alrededor mío, tanto como me lo permitía la gente amontonada en ese vagón de metro de lunes por la mañana. El día había comenzado atravesado y mi secreto amor, por primera vez, no estaba. Me hundí en el ronroneo de las ruedas, para dormitar un momento de pie sin esperar nada de ese día que tal mal empezaba. Sueño o realidad. Primero dudé. Un calor rozaba mis nalgas con infinita suavidad. Cerré los ojos para centrar todo mi ser en esa felicidad. Lo sabía. En mi nuca, su mirada. Me entregué en grandes oleadas de alegría. Ahora todo su cuerpo se moldeaba al mío, como una ola a otra ola. Dos manos firmes rodearon mis muslos mientras entre mis nalgas sentía el calor contundente y firme de su virilidad. Creí desmayarme, mas sus dos brazos me enlazaron con fuerza y me dejé ir a la deriva, feliz, traspuesta… El día siguiente, él estaba donde siempre. Alcé lentamente mis parpados hasta los negros ojos. Los clavó firmemente en mis ojos. Yo juraría que sonreían….

Claire Deloupy Marchand

10 comentarios:

KUBAN dijo...

Excelente relato. Gracias por este espacio tan especial. Volveré.

Alejandra Menassa dijo...

Gracias Kuban. Me paso yo también por tu blog a visitarte.
Un saludo

KUBAN dijo...

Tienes razón, siempre habrá cadenas, por eso hay que trabajar con la meditación para definir nuestros apegos. Te agradezco tu visita a mi espacio y tu productivo comentario. recibe un abrazo cubaano desde México.

Unknown dijo...

Un hermoso relato, lleno de sensaciones intensas... Un beso, amiga,
V.

Alejandra Menassa dijo...

Gracias nuevamente, Kuban.
Un saludo
Alejandra

Alejandra Menassa dijo...

Gracias Poeta, te visito.

PEDRO PÉGLEZ GONZÁLEZ dijo...

Hola, Alejandra. Me sumo a los elogios a este texto. Sinceramente, creo que es una joya en cuanto a síntesis del contrapunto Eros-Tánatos en un contexto de cotidianidad. En esa línea de intención se mueve cierta zona de mi poemario (In)vocación por el paria, sobre todo en textos dedicados a Yazmina,también narradora erótica, quien fuera mi compañera en la vida y falleció hace años víctima del cáncer. El cuaderno completo pedes hallarlo en la sección titulada Cucalambé, de Cuba Ala Décima, mi bitácora personal, que es también sitio del Grupo Ala Décima. Felicidades, y perdona la extensión del mensaje. Péglez.

Alejandra Menassa dijo...

Hola pedro: El texto no es mio, es de una de las integrantes del taller de poesía erótica que coordiné este verano, gracias por los elogios, que seguro la alegrarán.
TE visitaré, como tú amablemente me has visitado.
Un saludo
Alejandra

José Miguel dijo...

Hermoso, gracias por tus palabras y visita. Regresa cuando gustes. Saludos.

Alejandra Menassa dijo...

Gracias José Miguel, este no es mío, regresaré. Saludos