martes, 29 de junio de 2010

AL PIE DE UN POBRE. Alejandra Menassa

Cuadro: Los borrachos, de Velázquez.


Habíase tomado para sí toda la mugre.
Parecía un monumento a la pobreza,
con todas sus vacilaciones de bandera
y su hambre muy honda en el fondo del ojo.

Diríase que habían encontrado sus músculos
el tamaño preciso para no morir,
y sus cavilaciones el tamaño preciso
para no sentir pena, no escuchar al estómago
y velar por las noches su única cerilla.

No tenía en el bolsillo más que la poca
hombría de que era capaz,
la h del hambre y todas las f del frío
y de la rabia.

Ni una moneda allí.

Si algo más que el vino

rojo de las horas

hubiera caído en el pozo
oscuro de su estómago,
sería fatal el estrépito
del abrazo de lo hueco y lo sólido.

Si algo más que el vino

granate de la soledad
atravesara su garganta...
ante la energía renovada,
el brazo, los tendones del brazo
y todos los ligamentos
la lechosa piel y los músculos del brazo ,

se erguirían
por encima de la cabeza de la ciudad
en un gesto infinito de libertad.

Pero el vino....

lunes, 21 de junio de 2010

SOBRE HOMBRES Y MUJERES. RELATO


Hola, ¿podría atenderme?, dijo Ricardo algo nervioso y muy contrariado. Debe de haber ocurrido algún error en la agencia de viajes con mi billete, necesito que me ayude a solucionar el problema, mañana tengo que estar en Galicia, soy cirujano, tengo quirófano a las 8.00 de la mañana.

¿Y yo qué tengo que ver con su agencia de viajes? ¿o acaso tengo que ocuparme yo de reparar un error cometido por otros?

-No señorita... ¿cuál es su nombre por favor? Yo me llamo Ricardo.

-¿Es que no sabe leer? Mi nombre está escrito aquí.

Ricardo busca desesperadamente sus gafas de presbicia en su chaqueta. Se las pone y mira con la mayor discreción posible el pequeño letrerito que con letras diminutas señala: Flora Martínez. La localización del letrero es un tanto incómoda, Ricardo nota que se está ruborizando, le cuesta leer esa letra tan pequeña, y empieza a pensar quién habrá sido el genio que decidió poner justo en esa parte del cuerpo femenino estos pequeños artilugios para la identificación de los empleados de Iberia.

Ella lo mira y se da cuenta de su embarazo.

-¿Ya es suficiente, no?, ha tenido ya tiempo más que de sobra de leerlo.

-Disculpe, señorita. Las mujeres siempre me desconciertan. La idea de que fuera yo mismo quién leyera su nombre fue suya. Habría sido tan fácil como decírmelo.

En fin, yo sólo quiero saber, señorita Martínez si usted sería tan amable de cambiar mi billete para que yo mañana pudiera estar en quirófano, cumpliendo con mi trabajo, como usted ahora cumple tan diligentemente con el suyo. Todo esto lo dijo Ricardo, un hombre apuesto, de unos 50 años, cabello entrecano y muy engominado, (como buen cirujano plástico), con la sonrisa más seductora de la que era capaz, aunque por dentro tuviera ganas de decirle algunas cosas malsonantes a aquella señorita.

Si, pero es que me miraba usted tan insistentemente que pensé que era otra cosa lo que quería de mí, y ahora me sonríe usted como si no hubiera roto un plato ¿Porqué no miró antes su billete, el horario está puesto muy claramente? Es muy fácil culpar a un tercero.

-Señorita. Le prometo que nunca más volveré a responsabilizar a un tercero si usted me cambia el billete.

-Si, como no. Ahora mismo ¿para qué horario lo quiere?

- Para el próximo vuelo, por favor, el de las 22.25.

Ricardo embarca y toma asiento en el avión. A su lado se sienta un hombre más joven que él. Se saludan. - Hola qué tal: soy Ricardo. - Hola, me llamo Juan.

Ricardo: Juan ¿usted entiende a las mujeres?

Juan: yo hace muchos años que renuncié a entenderlas. Sólo las amo.

Ricardo: Vaya. Eso está muy bien. Ríen los dos. Yo hace un rato tuve una conversación con una mujer, mientras ella no sabía lo que pretendía, estaba nerviosa, cortante, casi maleducada. Cuando creyó que sentía algún interés sexual por ella, se relajó y me dio todo lo que hasta cinco minutos antes me había negado. Luego dicen que somos los hombres los que pensamos todo el día en el sexo. Yo lo único que quería era volver a mi trabajo.

Juan: Bueno, quizás no todas las mujeres piensan así.

Ricardo: Es posible, si, dijo Juan, y se durmió.

Abajo, en tierra, Flora conversaba con una compañera. – Mira lo que me ha pasado, Charo: el tío venía con unos humos que no había quien le aguantara, quería cargarme a mí el muerto de un error que había cometido él, hasta que le hice mirarme el letrerito, es infalible, entonces se ablandó, sonreía y me pedía las cosas por favor. Estos hombres, siempre están pensando en lo mismo.

Bueno, puntualizó Charo, quizás somos las mujeres las que creemos que ellos están pensando siempre en lo mismo.

martes, 15 de junio de 2010

RECITAL DEL CANDIDATO A PREMIO NOBEL DE LITERATURA MIGUEL MENASSA EN EL TEATRO LOPE DE VEGA, DE CHINCHÓN



Recital del poeta Miguel Oscar Menassa.
Sábado 19 de Junio de 2010, a las 19.30 h
Teatro Lope de Vega. Plaza Del Palacio s.n. Chinchón.

Cuando envejezca,
cuando mi piel se caiga
porque soy incapaz de sostenerla,
entonces mi palabra levantará la voz,
agonizando
el canto
se hace más fuerte
que viviendo

Miguel Oscar Menassa

lunes, 7 de junio de 2010

Recital de Poesía Miguel Menassa (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010) /Miguel Hernández (en la voz de integrantes de Grupo Cero)


En el Gerhotel Los Robles. C. Duquesa de Castrejón nº19.
10 de Junio 2010, a las 19.00 h
"Hacia una vejez sin dogmas. El alma, no se arruga"
Miguel Oscar Menassa

UN CANDIDATO A PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN MADRID: RECITAL HOMENAJE A MIGUEL OSCAR MENASSA EN EL CAFÉ FIGUEROA, 12 DE JUNIO 2010




Recital homenaje a Miguel Oscar Menassa, Candidato a Premio Nobel de Literatura 2010, en la voz de los integrantes de los talleres de poesía Grupo Cero.
En el Café Figueroa. C. Augusto Figueroa, 17. Madrid.
A las 20.30 el Sábado 12 de Junio.



Soy lo que vuela,
encadenadme y seré lo encadenado que vuela,
matadme y seré lo encadenado, muerto, que vuela.

Miguel Oscar Menassa

jueves, 3 de junio de 2010

ORILLAS DE TU VIENTRE. MIGUEL HERNÁNDEZ RECITADO POR ALEJANDRA MENASSA

Recital homenaje a Miguel hernández en el Café Figueroa (Madrid), el 17 de Mayo de 2010.







ORILLAS DE TU VIENTRE

¿Qué exaltaré en la tierra que no sea algo tuyo?
A mi lecho de ausente me echo como a una cruz
de solitarias lunas del deseo, y exalto
la orilla de tu vientre.

Clavellina del valle que provocan tus piernas.
Granada que ha rasgado de plenitud su boca.
Trémula zarzamora suavemente dentada
donde vivo arrojado.

Arrojado y fugaz como el pez generoso,
ansioso de que el agua, la lenta acción del agua
lo devaste: sepulte su decisión eléctrica
de fértiles relámpagos.

Aún me estremece el choque primero de los dos;
cuando hicimos pedazos la luna a dentelladas,
impulsamos las sábanas a un abril de amapolas,
nos inspiraba el mar.

Soto que atrae, umbría de vello casi en llamas,
dentellada tenaz que siento en lo más hondo,
vertiginoso abismo que me recoge, loco
de la lúcida muerte.

Túnel por el que a ciegas me aferro a tus entrañas.
Recóndito lucero tras una madreselva
hacia donde la espuma se agolpa, arrebatada
del íntimo destino.

En ti tiene el oasis su más ansiado huerto:
el clavel y el jazmín se entrelazan, se ahogan.
De ti son tantos siglos de muerte, de locura
como te han sucedido.

Corazón de la tierra, centro del universo,
todo se atorbellina, con afán de satélite
en torno a ti, pupila del sol que te entreabres
en la flor del manzano.

Ventana que da al mar, a una diáfana muerte
cada vez más profunda, más azul y anchurosa.
Su hálito de infinito propaga los espacios
entre tú y yo y el fuego.

Trágame, leve hoyo donde avanzo y me entierro.
La losa que me cubra sea tu vientre leve,
la madera tu carne, la bóveda tu ombligo,
la eternidad la orilla.

En ti me precipito como en la inmensidad
de un mediodía claro de sangre submarina,
mientras el delirante hoyo se hunde en el mar,
y el clamor se hace hombre.

Por ti logro en tu centro la libertad del astro.
En ti nos acoplamos como dos eslabones,
tú poseedora y yo. Y así somos cadena:
mortalmente abrazados.