miércoles, 29 de diciembre de 2010
PSICOANÁLISIS. CÁMARA OCULTA
Si quiere consultar con un psicoanalista puede hacerlo:
Dra. Alejandra Menassa. tfno: 653903233, mail: alejandramenassa@telefonica.net
domingo, 26 de diciembre de 2010
FELIZ NOVEDAD.
Se mezclan con tu piel los últimos rayos de un sol asesinado,
el frío incisivo y cruel penetra fibras y congela pensamientos.
Finalizar, morir, para nacer distinto, renovado, a la vida.
Cuánto deseo de cambio malogrado en las esquinas del no poder,
cuánto propósito suicidado arrojándose por los balcones del corazón.
Se enciende una luz en nuestra alma, y nos dice: así no va más.
Cualquier número nos recuerda nuestra edad y nos muestra lo hecho,
cualquier cifra nos pone frente al espejo de una muerte segura.
Prosigue, no ceses en tus pasos todavía, sonríe tú a la vida,
no esperes que la vida te sonría, ella es experta malabarista de las horas.
Acepta tu verdad negada desde siglos, dale vuelta a tu piel,
revoluciona tu corazón que espera que te incorpores al latido.
Ponte ahora en el centro de tu vida, entierra fantasmas del pasado,
deja de huir, deja de temer tu propia capacidad de multiplicación,
abraza, feliz novedad, un nuevo pensamiento que te amarre a la vida.
Alejandra Menassa
Cuadro: Gustav Klimt.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
domingo, 12 de diciembre de 2010
TEATRO MAGNÉTICO: RESEÑA DE LA OBRA DE TEATRO N0 VE LA ROSA
Foto: Elena Conchello y Txiqui Álvarez en un momento de la representación.
Soy asidua consumidora de teatro. Lectora y público, y por otro lado, también indagadora de las enseñanzas de la obra de Miguel Menassa. La adaptación de No ve la Rosa, obra de este autor, por Txiqui Álvarez, me parece acertada en toda su dimensión, y la actuación del propio Txiqui y de Elena Conchello, su partenaire escénica, cautivante. Es lo mejor que he visto en muchos años, junto con el Diario de Adán y Eva, texto adaptado de Marc Twain, donde el gran Miguel Ángel Solá, uno de los gigantes de la escena argentina y universal, desplegaba toda su brillantez teatral. Me llamó mucho la atención que Txiqui nombrara también a Solá como homenaje al principio de esta obra con la que ayer nos sorprendieron tan gratamente estos actores.
Y es cierto, Txiqui tiene una maleabilidad corporal sorprendente que permite emparentarlo más con los actores argentinos que con los españoles, más contenidos, menos expresivos y menos duchos en el despliegue corporal. El escenario sobra, porque lo lleva con él. Es su propio cuerpo. La voz está bien puesta y el cuerpo va detrás de las palabras, y dice lo que ellas dicen, acompaña, no se pelea ni contradice el discurso.
La actuación de Elena está sin duda al nivel. Cuerpo, voz, y la fuerza de la palabra escrita tan bien escogida en esa extensa red de combinaciones de almas y deseo que es el texto de Menassa, No ve la rosa.
Se nos narra una historia de deseos, no de acontecimientos, donde se pone en juego el deseo de Josefina, la protagonista, su deseo de formación como psicoanalista y su deseo de producirse como escritora. Se nos muestra la relación con sus maestros, tanto en psicoanálisis como en el camino de la escritura, nuestra protagonista aparece en escenas cotidianas del ejercicio de sus ocupaciones: escribiendo, atendiendo pacientes, pero lo que mejor ha sido captado en esta obra es la verdadera dimensión del amor, un acto de amor es dar lo que no se tiene a quien no es, la forma más pura del amor es pertenecer a una cadena de formación, hacer de eslabón para que otros puedan hacer su lugar en ese campo del saber, llámese poesía o psicoanálisis. Por eso se plantea en la obra la renuncia al amor carnal entre Josefina y Evaristo, que no son precisamente dos ascetas, que tienen relaciones múltiples con otros hombre y con otras mujeres, pero entre ellos, el amor es a la escritura. Cada cosa ha de estar en su lugar ¿hay acaso un amor más carnal que el amor que hacen entre sí las palabras? ¿hay acaso un amor más subyugante y a la vez más liberador que el sometimiento del escritor a la escritura? Pero todo esto que digo parece muy serio, sí, es una serie la que requiere la formación, tener mayores y menores, pertenecer a una cadena, pero eso no implica desterrar el humor. Me reí y gocé como hace tiempo no me pasaba, porque pocas veces se participa tan intensamente del Goce de los actores, que se notaba que se divertían en escena, que les gustaba lo que hacían, que creían en el discurso que sostiene la obra. La belleza de las palabras me emocionaba, también la belleza de los cuerpos, materia modelable por las palabras. Han captado uno de los corazones de No ve la Rosa, tiene muchos, muchas obras de teatro posibles, esta es una, bellísima, por cierto. Se ha captado el humor, que nos permite escuchar frases imposibles de otra manera. Con humor se habla del maltrato a la mujer, con humor se habla de la infidelidad, de la homosexualidad, del amor, de la poesía, del psicoanálisis. Embaucadora, desde el principio hasta el final, hilarante, tierna, delicada y brutal. Imperdible producción de este siglo veintiúnico. Una llamada a la construcción, a la producción y a la creación, una defensa de una ética, en un mundo donde prevalece la destrucción, la falta de ética y la ausencia de amor. Una historia de amor, de amor humano, de amor con Goce y con deseo, de amor con creación, de amor que rompe la dupla de la pareja convencional (aquella que hace uno de dos), este amor hace de dos, millones. Dejar de verla sería imperdonable.
Alejandra Menassa de Lucia
sábado, 27 de noviembre de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2010. TRABAJOS DE LOS INTEGRANTES. LA MAÑANA SIGUIENTE FUE COMO DESPUÉS DE UNA TORMENTA. KEPA RÍOS.
La mañana siguiente fue como después de una tormenta: Los objetos parecen asustados o tímidos, como tratando de entender qué ha pasado. Así estaban los cacharros en el fregadero, las copas medio vacías, la ropa sobre las sillas...
Pensé que si me levantaba tranquilamente a por un poco de zumo, me iba a dar cuenta de lo que había hecho. Marilia tenía unos veinte años más que yo, pero no era eso lo que me preocupaba. Era una de esas mulatas que no se sabe cómo tienen el culo y las tetas bien firmes y apetecibles hasta pasados los cincuenta. Lo que me preocupaba era que, además de ser vecina del barrio y regentar un pequeño bar, era vecina mía; y el bar no lo regentaba sola sino con la ayuda de su marido y sus dos hijos, que eran los dominicanos más famosos del barrio.
Me fijé que estaba completamente desnuda. Veía ese culo generoso ante mi y sentía ganas de volver a penetrarla. Besé sus hombros para girarla y poder llegar a sus pechos. Al darse la vuelta volví a ver ese coño fascinante, un poquito hinchado y siempre caliente y oloroso, con una mata de bello corto aunque muy tupido, que llegaba, desapareciendo, casi hasta el ombligo.
Este coño tan hermoso y suculento me producía irremediablemente una erección instantánea.
Me di cuenta que la persiana no estaba bajada del todo, y que tal vez los vecinos de enfrente podían ver algo. Esto hizo disminuir la erección varios grados de golpe. Me levanté de la cama y bajé la persiana hasta abajo, pero dejando pasar la suficiente luz.
Cuando me di la vuelta Marilia se había abierto ligeramente de piernas aunque seguía aparentemente dormida. Me pasó como el día de año nuevo, que uno se levanta con hambre a pesar de haber cenado más que ningún día. Sentí ganas de volver a comer un poco de aquel bizcochito de chocolate con fresa, aunque sólo fuera por recordar su sabor.
Con los primeros besos en el interior de los muslos, el culo y el abdomen, la vagina comenzó a humedecerse nuevamente, y emitía los mismos olores poderosos de la noche anterior. Mordí el monte de venus, las ingles; y comencé a notar la respiración de Marilia más entrecortada. Finalmente, cuando me pareció que estaba a la sazón, pasé la lengua muy lentamente, desde casi el ano hasta el final del clítoris, apretando con fuerza contra sus labios, al tiempo que sorbía todo lo que podía con la parte libre de la boca.
-¡Uy! Ja, ja, ja. Buenos días. -Dijo Marilia mientras se contraía de placer.
-Buefnof diaf -Contesté. A lo que ella contestó con unas risas muy entrecortadas por los suspiros.
Subí besándole el vientre, los pechos y el cuello, hasta la boca. No para besarle la boca sino para llegar con el pene hasta su vagina Sin embargo cuando tuve su boca junto a la mía, antes de metérsela, le dí un largo beso en la boca.
En ese momento comenzó a sonar un móvil. El marido, pensé, fui a sacar el pene, pero ella me abrazó fuertemente con las piernas mientras estiraba el brazo para alcanzar el móvil. Antes de contestar miró el teléfono para ver quién era.
-Edgardo, ¿qué tal mi amor? ¿Llevaste a tu hermano al médico? y ¿qué dijo? ...No puede ser; si está vacunado. Esta tarde voy a ir yo otra vez porque esta gente no sabe lo que tiene mi Mauricio. Tu vete al colegio y déjale en la cama acostado ¿OK? Yo ahora voy para allá en un rato, que estoy haciendo la compra...¡ay!
Yo no pude aguantar más y, pasé del ligero vaivén en el que me había instalado para respetar la conversación, como creí que iba a colgar ya, a darle un para de empellones de los buenos.
-No, Edgardo, no me pasa nada, tranquilo mi hijo, es que me asustó un señor que se ha caído. ¡Ay! Se ha vuelto a caer. Voy a ayudarle. Hasta luego, un beso. ¿Qué? No, no le conoces, me parece que no es del barrio. Oye Edgardo, qué más da, no importa, luego te contaré ¡Ay! Nada, nada, es que ha venido otro señor y le ha dado un golpe ¡ay! Pobrecito ¡ay! Qué paliza que le está dando.
En ese momento pensé que podía llegar a contar cualquier barbaridad. No sabía ni lo que decía.
Después de hacer el amor, cuando Mariela se hubo marchado, pensé en la historia que se tendría que inventar para que su familia no sospechara nada. Solo me quedaba confiar en su imaginación y en la credulidad de los suyos, pero me tranquilicé tratando de recordar haber pillado de niño alguna mentira a mi madre. Imposible.
Kepa Ríos
miércoles, 18 de agosto de 2010
TALLER DE POESÍA ERÓTICA 2010. TRABAJOS DE LOS INTEGRANTES. EL SUEÑO DE UN HOMBRE. CLEMENCE LOONIS
EL SUEÑO DE UN HOMBRE
De lo vivido a tu silencio carnal,
efusiva y perpetua me encuentras
cuando contorneas mis ojos
como si fueses a leer
una gigantesca pasión.
Buscas con tu mano el perfil de mi deseo
pero viene el rojo de pecho,
el ardor del labio que defiende su palabra.
La esperanza labra mi vientre.
Quieres soñarme pero me acaricias,
quieres la letra y se deshace tu saliva
entre mis muslos;
bocado atrapado en el idioma,
cadena…
Por un instante,
soy tu estrella,
respiro cual lumbre
cultivada por tu sexo.
Caen, más real que el tiempo,
unos apóstrofos dados por delante.
Cleménce Loonis
lunes, 16 de agosto de 2010
TALLER DE POESÍA ERÓTICA 2010. TRABAJOS DE LOS INTEGRANTES. NEVADA AMARGURA. TERE CASAS
Cuadro: Guillaume Seignac. La abandonada.
sobre la cama
yacen abandonadas sábanas de nieve
otrora
tus dedos recorrían mi vientre
bosquejos de estallidos de pasión
ahora
la brocha de la vida
envuelve el tiempo
despoblado y sin ilusión
Tere Casas