ABRE LAS
PIERNAS AMOR MÍO
I
Ante las piernas cerradas me detengo
y llamo con mis manos su atención.
Con mi aldaba toco, en la puerta del amor.
Aquí fuera estoy sólo y hace frío,
ábreme las puertas del sombrío
delirio, del abismo insondable de tu ser.
Y deja que profane tus estancias
I
Ante las piernas cerradas me detengo
y llamo con mis manos su atención.
Con mi aldaba toco, en la puerta del amor.
Aquí fuera estoy sólo y hace frío,
ábreme las puertas del sombrío
delirio, del abismo insondable de tu ser.
Y deja que profane tus estancias
con la
planta entera de mi piel.
Siente el
ariete suave de la lengua,
los dedos
que desatan envoltorios de mujer,
y cómo mi
jauría te desborda el sonrosado
dique que se
vuelve a estremecer.
II
Abre las
puertas, vengo huyendo,
he robado el
fuego de las tumbas,
la salud de
los muertos, y un afán
de suicida
deshonesto.
He robado en
los teatros, en los libros,
esencias de
aliciente, musgo, y dos manzanas
con sitio
para el mordisco.
Compartamos
este botín ilegítimo,
esta riqueza
volátil que no nos pertenece.
Ácidos
licores y azahares, magnéticas
sustancias con sabor a luna
en el azul de tus hogueras. He robado verdes
caricias en el sexo, abierto
manantial de porvenir. Déjame entrar
sustancias con sabor a luna
en el azul de tus hogueras. He robado verdes
caricias en el sexo, abierto
manantial de porvenir. Déjame entrar
en la
guarida porque soy cuarenta ladrones,
porque
advierto
en tu calma mi hermosura, en tu cama
mi cabeza ciega, látigo del placer,
para que me abras las piernas nuevamente,
en tu calma mi hermosura, en tu cama
mi cabeza ciega, látigo del placer,
para que me abras las piernas nuevamente,
amor
mío.
Kepa Ríos
Alday
Cuadro: Sonata al Claro de Luna. De Lucien Levy Dhurmer.
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