viernes, 28 de agosto de 2009

TRABAJOS DE LOS INTEGRANTES DEL TALLER DE POESÍA ERÓTICA COORDINADO POR ALEJANDRA MENASSA. SEGUNDA ENTREGA. Y ENTONCES SE DIERON CUENTA.


Cuadro: Armonía. Remedios Varo.

Invierno en Buenos Aires,
la lluvia cae copiosamente sobre la ciudad,
el frío hace llorar los huesos
las calles traen olor a desamparo.

Ellos dos escapan de la lluvia
la iglesia ortodoxa rusa del parque Lezama
allá en San Telmo los resguarda.

Al entrar oyen cánticos religiosos,
se miran a los ojos,
sienten ser invadidos por tiempos remotos…

Al cerrar los ojos
ven las cúspides azules en el cielo,
un olor a incienso desciende por las paredes.

Al abrir lentamente los ojos
y encontrarse sus miradas
se dan cuenta,
han volado hasta el zenit de los ensueños que los cobijan
juntos
han descendido por los ancestros muros
y se han impregnado del olor de los siglos
juntos:
Al abrir los ojos y encontrarse,
una complicidad infinita en su mirada
en su sonrisa.
Los ángeles cantaban para ellos
cuando al abrir los ojos se encontraron los dos
en medio de una nada diferente
Solos, solos
mientras la lluvia golpeaba dulce melodía en las vidrieras
Cuando se tocaban
(Las manos de él al rostro de ella
las manos de ella al pecho de él),
podían sentir como la lluvia limpiaba sus almas
fluía por sus pieles acercándolos.
Las manos de ella se deslizan
él sentía el mar arremeter contra su pecho
las olas acariciando su cuello,
las manos en su nuca …
Al besarse
las cúspides se desvanecen
el sol hace arder todos los recuerdos
rayo de luz sobre la tierra muerta, nace la vida.

Desde el cielo sus rostros,
bocas, lenguas se buscan…

Al separarse sus labios,
el viento recorre un universo entre los dos
sus pechos, magnolias en flor
se pegan al cuerpo de él
que la abraza con la pasión de todas las noches en vela recordándola
ansiando una mirada suya,
que hoy,
le trajo la lluvia
que caía bajo pedestales azules como ángeles del cielo.

Hoy que la nostalgia anidaba en el corazón del continente
y lloraba el cielo sus condensados recuerdos
Ellos dos solos en medio de la nada
sonreían y se besaban
las manos de él dejaban caer la blusa por sus hombros de luz
y mordía en sus hombros la fruta del amor.

Ella miraba al cielo y abría la boca
sin pronunciar palabra
como queriendo comerse a Dios
y descendía velozmente la cabeza
e hincaba cruelmente sus dientes en el cuello
aflojaba y se reía entre cánticos celestiales
besaba su cuello, sus labios
desabrochaba su camisa;
cada botón era un paso más hacia el abismo eterno de sus propias pieles
rozándose, apretándose;
la ropa decoraba los confesionarios
el mundo giraba alrededor de sus caricias.

Agachándose, él, besa todas las caídas;
Ella, es de marfil, el más prohibido;
su vientre, sus costillas
se deshacen al paso tímido de la lengua de él.

Y al besarse extenuados,
Tan vacíos y tan llenos,
Se dieron cuenta:

han volado hasta el zenit de la pasión que los cobija,
juntos
han descendido por esos ancestros muros que los encierran,
juntos
Se han impregnado del olor de los siglos
juntos.
Han vivido hasta el paroxismo del goce que los encadena
juntos.
¡Han roto
Juntos
Todas las cadenas!

Fabián Menassa de Lucia

martes, 25 de agosto de 2009

TRABAJOS DEL TALLER DE POESÍA ERÓTICA COORDINADO POR ALEJANDRA MENASSA. PRIMERA ENTREGA. LAS SANDALIAS DE TACÓN DE PUNTA

Cuadro: La pose. Falero


A don Julio ya no se le levantaba como no fuera con dosis elevadas de medicamentos u otros estímulos de uso tópico. No obstante aquella mañana sintió un levísimo estremecimiento al contemplar unas sandalias romanas con tacón de aguja. Aunque la moza del anuncio que las calzaba era todo un hembrón, el atribuyó el leve aumento de riego sanguíneo a las preciosas sandalias... y eso le bastó para llamar muy animado a su amiga “Sesenta pesos y veinte más por cada guarrería”. Le preguntó qué número calzaba y concertó una cita: -“Tengo un hueco a las tres y media”. -“¡Joder qué hora” respondió contrariado-, “Iré sin comer porque a esas horas la sangre se me acomoda en el estómago y no se me levantan ni los párpados”....-“Es lo que tengo libre. Lo tomas o lo dejas”. Aceptó, pero algo le dijo que la experiencia no iba a ser como se había imaginado en un principio... Para no perder el dinero de la cita, repuso el pastillero, se aseguró de que llevaba la bomba de vacío, el spray y la crema retardante. A continuación tomó un taxi para que le llevara hasta la zapatería. Al contemplar aquel surtido de sandalias que calzaban sugerentes maniquíes, volvieron a surgir las mariposas por el pene... (Con la edad y la práctica, las mariposas se sienten, cuando se sienten, cada vez más abajo). Encontró modelo y número y lo compró: “Carísimas pensó al pagar- pero una resurrección espontánea bien se merece este sacrificio” Al salir de la tienda comprobó que faltaban más de tres horas. “Si camino me canso y ya se sabe cual es el resultado. Si bebo, éste... no resucita ni al tercer día. Y si como, me duermo. ¡Qué dura es la vida del amante a “cita previa”! El amor se hizo para el ¡aquí te pillo, aquí te cojo!. Los amantes de edad deberíamos tener un servicio de urgencias para estos casos. Pero como los políticos no tienen estos problemas, jamás harán una Ley que tenga en cuenta nuestro caso”.

Las horas pasaron lentas y monótonas. Cada vez que le entraba la somnolencia abría la caja y miraba las sandalias... y otra vez se le movían las mariposas. Por fin llegó el momento. La “Sesenta pesos”... le abrió en ropa interior transparente. Después de los saludos de rigor le ofreció las sandalias. En cuanto abrió la caja y las sacó comenzó la moza a lamer y chupar los tacones mientras le miraba con ojos de lujuria: “Así que es esto lo que querías” Él no entendió muy bien lo que quería dar a entender la moza, pero lo que si comprobó es que las mariposas ni se movían... Sacó el pastillero y se tomo dos. No obstante recordó el tiempo que tarda en reaccionar el medicamento y miró el reloj: Sacó del arsenal el spray. “Ya te he dicho otras veces le dijo ella- que eso no me gusta porque me escuece”.... Entonces echó mano de la bomba pero... ni por esas. Ella mientras seguía jugando con los tacones como si fueran penes. Y en un momento que él se dio la vuelta, le empujó hacia la cama quedando don Julio arrodillado en el suelo y con las posaderas en posición de recibir. Ella se le sentó a horcajadas en la espalda mirando hacia su culo y sin mediar palabra empezó a introducirle por el ano los dos tacones... Al concluir la media hora pactada, se levantó y le dijo: “Sesenta pesos y veinte más por cada tacón”. El hombre avergonzado y con el miembro tieso por los medicamentos pidió más tiempo: “Hoy me resulta imposible. Está a punto de venir el Negro. Pero vuelve otro día y lo repetimos. Las sandalias me las quedo...”

Francisco Javier Lorenzo


lunes, 3 de agosto de 2009

TALLER DE VERANO DE POESÍA ERÓTICA







El erotismo en la poesía española: Los románticos (Becquer), Quevedo, Alberti, Miguel Hernández, Aleixandre, Salinas...
El erotismo en la poesía latinoamericana: Carilda Oliver Labra, Gonzalo Rojas, Neruda, Alfonsina Storni...
El erotismo en la poesía surrealista francesa; Apollinarie: cartas Lou, las mujeres de Paul Eluard, Baudelaire o el erotismo de lo siniestro...
Acercamiento a la literatura erótica: Miller, Miguel Menassa, Anäis Nin...

En el taller habrá un momento de lectura y luego un momento de escritura, de tal manera que cada uno de los integrantes tendrá la posibilidad de producir poemas en el transcurso de los encuentros.
Lugar: C. Duque de Osuna 4, locales (frente a Plaza España)
Precio: 70 euros
Fecha: Del 4 al 7 de Agosto. A las 20.00 h.
Información: tel: 653903233, alejandramenassa@telefonica.net