lunes, 12 de noviembre de 2012

NO A LOS RECORTES EN EDUCACIÓN. CONFERENCIAS DE ENTRADA GRATUITA EN LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO


jueves, 8 de noviembre de 2012

SOBRE EL ASESINATO EN EL MADRID ARENA. ¡VIVAN LOS JÓVENES!




Hace unos meses fuimos a ver a la grandiosa soprano Monserrat Caballé al Madrid Arena. Fue emocionante. Sin embargo, sin pánico y con extrema colaboración ciudadana, tardamos más de veinte minutos en salir del local, los ríos de gente (y eso que, incomprensiblemente, la Caballé no llenó más que la mitad del aforo, es decir, 5000 personas) se apelotonaban para llegar  a la salida. El comentario con respecto al recinto fue: “esto es una ratonera”.
Ahora imagínense que en esa ratonera clausuramos todas las puertas y solo dejamos abierta la puerta principal, y le añadimos una reacción de pánico colectiva, en la que nadie piensa en nada más que en huir y salvar su propia vida, pase por encima de quien pase. El acto se organizó perversamente, se fueron construyendo paso a paso los fatales acontecimientos.
¿Saben los items que regula le ley de espectáculos?:
-          El aforo.
-          La prohibición de la entrada de menores.
-          La prohibición de la entrada de drogas y objetos peligrosos al recinto.
-          El personal de seguridad necesario para el evento.
-          El personal sanitario necesario para atender eventualidades.
Pues no fue uno, ni dos, fueron todos los puntos perversamente pasados por alto por una sociedad que no cuida a sus jóvenes, por empresarios cuyo fin es el ánimo de lucro, sin importarles si el precio son vidas humana (el dueño de la Empresa que organizaba el evento ha estado encausado por homicidio) por personal no contratado y en condiciones de explotación máxima, que como sabían que estaban delinquiendo, ocultaban (la policía ha requisado cientos de cajas con entradas no entregadas a sus compradores, para que no fueran contabilizadas).
Una venta de entradas que superó en el doble el aforo. “Tenías que bailar botando, dicen algunos de los allí presentes, porque no te podías ni mover”, flanqueado por los cuatro costados, por sendos botadores como tú.
 Un personal de seguridad no cualificado y explotado, de los aproximadamente 12-15 euros la hora que cobra un vigilante, los allí presentes cobraron 6 euros. La Empresa KONTROL, encargada según contrato de la seguridad, parece no existir, o al menos no está situada en su sede social.
Inexistencia absoluta y total de personal sanitario. Los carteles que ponían enfermería, eran atrezzo, una pantomima, como los hospitales abiertos por Esperanza Aguirre, que sólo se inauguraban para su regodeo, y nunca llegaron  a funcionar. Qué manera de burlarse de todo.
Entrada de menores (una de ellas ha muerto). Parece ser que llegada una hora de la noche se dejó de pedir el carné de identidad a los asistentes.
Entrada de objetos peligrosos: bengalas, rastrillos (una de las asistentes, exclama asombrada que uno de los chicos entró con un disfraz que llevaba como complemento un rastrillo de verdad, nada de atrezzo, un arma peligrosa). No se hacía ningún registro a los jóvenes.
Estas negligencias pueden ser achacadas a la Empresa Diviertt, pero ¿por qué el Ayuntamiento alquila un local a un mafioso, delincuente, con una historia penal previa? Y además, según un portavoz de una asociación de policía, el Ayuntamiento, en su política de recortes, dispone de unas unidades de policía municipal especiales para intervenir sobre las masas, y no fueron utilizadas  esa noche, porque “habría que haber pagado horas extra”. Sin hablar del afán de lucro que supone alquilar a precio de oro una ratonera, una trampa mortal.
Hay ahorros que salen tan caros como vidas humanas. Lo barato sale carísimo. Recortar presupuesto es recortar vidas, que es lo que parece que quisiera este gobierno, y si son de jóvenes molestos, de jóvenes que se lanzan a la calle a defender su derecho a la educación, a la cultura, al trabajo, pues mejor que mejor.
Algo me llamó poderosamente la atención, los periodistas lo llamaron templanza, llámenlo resignación cristiana si quieren, yo lo llamaría indiferencia. Me estoy refiriendo a la reacción del padre de una de las niñas asesinadas, en homicidio doloso. La joven Belén, una menor de 17 años.
“Estamos tranquilos, porque si Dios ha querido llevársela, Dios sabe lo que hace, o algo así. Estamos tristes, pero entendemos que tenía que ser así”.
Esta actitud de absoluta indiferencia, puede ser una identificación directa con Dios: mi hija ha muerto como murió cristo, hijo de Dios, para redimir a los hombres. Si es por el bien de la humanidad, bienvenido sea el sacrificio, así a lo mejor los jóvenes aprenden que deben estar en misa en lugar de en las fiestas. O puede ser: haga lo que haga Dios está bien. Esta la actitud de muchos ciudadanos del pueblo español, que creen que si Dios Rajoy hace, está bien hecho, es por el bien del pueblo, etc. Cuando no hay un gobernante de la democracia que le haya hecho tanto mal a España, y lo que te rondaré morena.
Un poco de rabia, un poco de odio hacia los asesinos, un poco de dolor por la pérdida, hubieran sido reacciones más comprensibles y saludables. Por eso yo no llamaría entereza a la reacción de este padre, lo llamaría locura. Una sociedad cristiana construida sobre la muerte, ya que en el inicio hubo que matar para “salvación y redención” de todos los hombres, estamos volviendo a la barbarie, a la economía de postguerra, basada en el ahorro en lugar de en la inversión, a la pérdida de derechos fundamentales de los trabajadores construidos con vidas humanas, a una sociedad cristiana, donde era “necesario” que el padre mandara a matar a su hijo, como parecen hacerlo algunos padres actuales con los suyos.
Vivan los jóvenes, porque lo que yo vi en el programa Espejo Público sobre los acontecimientos de aquella noche, fue la solidaridad de los jóvenes, que se agruparon para derribar puertas por donde escapar, que atendieron con sus conocimientos básicos a sus compañeras heridas, que avisaron a las fuerzas del orden público para que se personaran y al sistema sanitario para que atendiera a las víctimas. ¡Que vivan los estudiantes!, como decía en su maravilloso poema Violeta Parra.

Alejandra Menassa de Lucia 

lunes, 15 de octubre de 2012

SI QUIERES ESTUDIAR PSICOANÁLISIS EN MADRID O EN EL RESTO DEL MUNDO DE MANERA ONLINE, ESTA ES TU ESCUELA

Si siempre te ha suscitado curiosidad el Psicoanálisis, ahora puedes comenzar a estudiarlo en Madrid u online desde cualquier lugar del mundo. Primer año del Seminario Sigmund Freud en la temporada 2012-2013 en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. Treinta y un años de experiencia en la enseñanza del psicoanálisis. El horario será los martes a las 19.00. Impartirá las clases la psicoanalista y médico Dra Alejandra Menassa. El precio es de 100 euros al mes. Hay becas para estudiantes universitarios y para médicos y psicólogos del 50%. No pierdas la oportunidad de conocer uno de los pensamientos más novedosos sobre el funcionamiento del psiquismo humano.

martes, 28 de agosto de 2012

EN DEFENSA PROPIA. UN FILM DE MIGUEL MENASSA, HECHO POR PSICOANALISTAS PARA TODOS

La película del año, a favor de la inversión en salud, educación y cultura. En contra de los atropellos a los derechos de los trabajadores. Tu película.

martes, 14 de agosto de 2012

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. TU VOZ ROZANDO MI CUELLO. LAURA LOPEZ.





Dibujo en tu boca con la tibieza de mis dedos
los pliegues del deseo doblegados, perversos de tu voz
y arranco por un momento la comisura
en la que se desbordan amantes de ojos muertos
y vivos en la oscuridad del recuerdo

Muerdo tus labios y mi lengua escapa a la profundidad
de un pozo lleno de peces y mariposas
frangancia viva, exultante, de movimientos contenidos
donde mis manos se pierden al borde del abismo
acariciando tu pelo y despertando tu sexo febril.

Caigo sin remedio en tu cuerpo, abierta en flor
y tus carnes atrapan mis dulces néctares
y penetran en cada espacio de mi piel dormida
embisten al aire pesado de los recintos
atravesando pasiones, estallando en el goce

Y en el silencio de un denso perfume de fragancia oscura
nuestros alientos se confunden
derraman en las palabras sabores a frutas maduras
y tu voz rozando mi cuello
me hace temblar, temblar, temblar
y mi cuerpo se desprende en la zozobra
hasta engalanar el tallo de tus adentros
vaina del elixir del ocaso

Laura López
Cuadro: Roger liberando a Angélica. De Ingress.
Coordinadora: Alejandra Menassa. 

sábado, 11 de agosto de 2012

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. LA TINAJA. ALEJANDRA MENASSA



LA TINAJA
Efrén junior había estudiado Ciencias Naturales y Antropología en Massachusetts. Su madre era americana, y así lo había dispuesto, aunque hace años que había decidido afincarse en España, y allí conoció a Efrén senior. Se enamoraron perdidamente el uno del otro, y se casaron al día siguiente de conocerse. Ustedes pensarán que ese matrimonio estaba abocado al fracaso, pero no fue así, los dos siguen juntos y todo lo felices que se puede. Efrén nació exactamente a los nueve meses de la boda, contaba ahora con 27 años recién cumplidos y aún conservaba su castidad intacta.
Comenzó a trabajar como vigilante del museo de Ciencias Naturales en Mayo del 2012, justo al acabar la carrera. Sus padres, ambos universitarios y con brillantes expedientes académicos y trabajos de alto reconocimiento social, se opusieron de pleno. Su hijo merecía algo mejor. Efrén, que se enfrentaba así por primera vez a la autoridad paterna les dijo que su decisión era irrevocable, que quería conocer el museo desde abajo, ocupar cada uno de los puestos en progresión, y que un día sería el director del Museo. Lo miraron con cierto escepticismo, pero ante la certeza abrumadora con que Efrén exponía sus pretensiones, recordaron que sus rostros reflejaban la misma incredulidad que la de sus respectivos padres cuando les comunicaron que se casaban después de un día escaso de estrecha convivencia, y como a ellos no les había salido tan mal, decidieron dejar a Efrén seguir adelante con su decisión. No les quedaba otra.
El Museo contaba con un pequeño laboratorio para realizar investigaciones básicas, en el que Efrén se pasaba muchas horas una vez concluido su trabajo como vigilante del museo, ya que así se lo habían concedido, dado su curriculum.
Por aquél laboratorio, empezó a pasar una becaria, estudiante de Antropología, que realizaba un estudio sobre el Pleistoceno inferior y allí analizaba, entre otras cosas, la antigüedad de las piezas encontradas en yacimientos diversos con carbono catorce. Se llamaba Matilde, tenía los ojos claros, color de mar abierto, el pelo ligeramente pelirrojo y unos labios como rosas encarnadas. Su piel blanca deslumbraba a los fotógrafos y era dulce y delicada. Su presencia en el laboratorio pasaba casi inadvertida. Era silenciosa y tenaz. Trabajaba sin descanso horas y horas, sin pedir nunca nada, sin molestar a nadie. Había durante el día más becarios en aquel laboratorio, hacían un ruido descomunal y conversaban entre ellos amigablemente sin parar.
Efrén se sentía algo molesto con tanto ruido y tanto alboroto, pero lo que le producía realmente un impacto indescriptible era el silencio de Matilde, su presencia silenciosa. Cuando Matilde entraba en el laboratorio, Efrén comenzaba  a temblar como el agua violentada por la piedra arrojada sobre ella al descuido por un niño travieso. La destreza de sus manos hábiles dejaba paso a una torpe indecisión, que conllevaba que cada mes le descontaran de su sueldo  el valor de un buen puñado de pipetas, tubos de ensayo y placas de Petri rotas en mil pedazos, para celebrar, como con fuegos de artificio, la llegada silenciosa de Matilde.
Matilde, en su timidez extrema, también le había echado ya el ojo a Efrén, motivo por el cual, no despegaba jamás las pupilas de su microscopio, y no se atrevía a mover a derecha o izquierda su cabeza, no fueran a dar sus ojos con los de Efrén y él encontrara en su mirada la llama ardiente de su deseo.
Una noche, se habían quedado solos en el laboratorio, Efrén debía cerrar éste a las diez en punto y salir a hacer su ronda, para comprobar que ningún ladrón desalmado robara algunas de las valiosas piezas de oro de los incas o las esmeraldas colombianas con las que se adornaban algunas deidades, entre otros tesoros del museo.
Se levantó de su asiento y con voz temblorosa se dirigió por primera vez en seis largos meses a Matilde, que lo miraba desde sus ojos de dieciocho primaveras con una mirada entre asustada y enamorada. Matilde, discúlpame, dijo, debo cerrar el laboratorio. Mañana podrás continuar tu tarea ¡Qué hacendosa eres! todos tus compañeros se han marchado hace horas, y tú aún estás aquí trabajando.
Ella se sorprendió de que él conociera su nombre. No sabía que tú conocías mi nombre, dijo, yo no sé aún el tuyo.
Disculpa, mi nombre es Efrén. - Hermoso nombre, dijo la joven, aún más enamorada si cabe que hace cinco minutos. Que él supiera su nombre sin habérselo ella comunicado, era una señal inequívoca de que algún interés por ella existía.
Bueno, sé el nombre de todos los becarios, replicó él. Y ella un poco iba a decepcionarse, cuando vio que mientras él lo decía, se habían encendido dos discos rojos en su cara y el sudor rodaba frente abajo.
Tengo que salir a hacer mi ronda, dijo Efrén. Y ella, no lo pensó ni un segundo, porque si lo hubiera pensado es seguro que no habría pronunciado aquellas palabras ¿Puedo acompañarte?
El corazón de Efrén adquirió una velocidad desconocida para él, ese temblor del agua violentada por la piedra se había transformado en maremoto.
Dijo un torpe: si, quiero. Digo, si, claro, y otra vez el rubor ascendió a sus mejillas. Y ahí, se detuvo un instante en aquél lapsus. He dicho: Si, quiero; pensó, como si estuviera respondiendo a la pregunta ¿quiere usted a esta mujer por esposa? Acabo de comprender algo. Todos estos años de celibato eran porque temía tener que casarme con la primera mujer de la que me enamorara, como les pasó a papá y a mamá. Pues se acabó este rollo, me case o no, es lo de menos, voy a echarme mi primer polvo con esta impresionante mujer, caiga quien caiga. De repente, la timidez de Efrén había desaparecido. La cogió de la mano y le dijo: ven, vamos. En ese momento llegó Marian, la bedel encargada de cerrar el laboratorio y guardar la llave. Era una mujer de unos 35 años, morena, de rasgos amerindios y un cuerpo escultural. Saludó a Efrén y se quedó mirando con cara de pícara, alternativamente,  a la bella jovencita y a Efrén.
Matilde también estaba un poco más suelta, respondiendo a la espontaneidad de ellos, y devolvió aquella mirada de Marian con otra fulminante mirada lasciva.
Los tres estaban pensando lo mismo, pero fue Efrén el que  pudo pronunciarlo, aunque sólo a medias. ¿Esta noche? ¿Los tres juntos?, quizás… Y volvió a perderse en fantasías y pensamientos, donde después de haber conservado la castidad 27 años, la perdía con dos mujeres hermosas, una de ellas virginal, blanda y delicada y la otra fuerte y salvaje, y seguramente con una amplia experiencia en el campo.  Pero, a ver, pensó Efrén, el laboratorio debía ser cerrado, porque si no a las 22.15, saltaba la alarma programada. En el recorrido de la ronda, las cámaras de videovigilancia observaban cual testigos chismosos todos los movimientos de la sala, ¿dónde, dónde disfrutar las delicias del himeneo sin ser vistos? Tenía que ser aquella noche.  Efrén aguzó su ingenio y se le ocurrió una graciosa triquiñuela. Iremos hasta aquella reproducción de una escena primitiva, donde una gran tinaja de cerca de metro ochenta de alto y un metro de diámetro, hace de decorado. Primero saldrás tu, Matilde, las cámaras se redirigen con el movimiento, cuando la cámara te esté siguiendo, entrará en la vasija Marian, después, yo te sustituiré para engañar al ojo que todo lo ve, mientras entras tú en la vasija, y finalmente, yo me introduciré en la vasija diciendo: voy a echar un vistazo por si esta vasija necesita una limpieza, y así no levantaré las sospechas del vigilante al otro lado de la cámara.
Marian estaba ya dentro de la tinaja, cuando llegó Matilde, la recibió expectante. Mientras la ayudaba a bajar, le tocó imperceptiblemente el suave trasero y dejó deslizar los dedos de su mano derecha por la entrepierna, aún cubierta por el pantalón. Matilde estaba muy sorprendida de si misma, no entendía donde había quedado su timidez de antaño, había perdido la vergüenza en el instante en que Efrén pronunció la frase ¿Esta noche? ¿Los tres…? Las fantasías que se habían disparado en su cabeza, ustedes deben saber que las mujeres tímidas fantasean mucho más perversamente que las más descaradas, habían humedecido su sexo, se acercó a Marian y la besó en los labios, con delicadeza, comenzaron a desnudarse una a la otra, escucharon la frase que abría las puertas de sésamo: Voy a ver si esta tinaja necesita una limpieza, y detrás de la frase cayó Efrén, tropezándose con su intenso deseo recién descubierto, precipitándose entre las dos mujeres, de manera que interrumpió su beso: ¡Eh, déjenme algo para mí, protestó Efren, algo celoso, pero también muy excitado y contento de que las mujeres con las que iba a perder la virginidad, se desearan entre ellas, además de desearlo a él.A partir de ahí, todo fue goce desenfrenado. La tinaja estaba fresca y desprendía un olor cerámico muy agradable, como de tierra mojada por la lluvia, era una temperatura ideal que resguardaba a los tres amantes del sofocante calor de aquel verano del 2012, que jamás olvidarían ninguno de los tres. Efrén estaba muy sorprendido de que su sexo, que siempre le había rehusado su colaboración cuando la consumación se olía cercana, estaba erguido, tenso, hinchado y duro como una roca, casi le dolía. Lo que allí pasó después es un secreto a cuatro, la tinaja tendría, seguramente, aunque no hablara, mucho que decir. Un avezado antropólogo habría encontrado en ella muchos restos de la época actual: semen, restos de piel, cabellos, flujos femeninos, sudor. En fin, todas las huellas que el amor nunca deja en los cuerpos, quedan, ocultas para el ojo inocente, sobre las cosas.
  
Alejandra Menassa de Lucia. 

Cuadro: Concierto campestre. Giorgini

lunes, 6 de agosto de 2012

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. EL MERCURIO ES MENOS PESADO QUE LA ABSTINENCIA. ROSALBA PELLE.




EL MERCURIO ES MENOS PESADO 
QUE LA ABSTINENCIA

Huracanes de pasiones, desfrenadamente 
intensas vivencias, que graban una piel 
que quema con confusiones, 
errores y realidades. 
Un mundo que se suda, se vuela, se navega, 
se camina, se busca, se explora, 
se desea comprender.
Esa geografía se cubre 
de azahares de aroma irresistible, cometas 
de campanillas azules que te guían hacia océanos palpitantes.
Con el deseo más natural para hacer el amor 
de forma tan salvaje y silvestre, 
sin corduras, sin descanso, cual bestia 
que ama penetrar en cada poro para morir, 
después en mi, sacando hasta la última gota de mis jugos.
Y luego te dejas rodar por los abismos y te grito:
”ven, el mercurio es menos pesado que la abstinencia” 
… y al final se llega a abismos insalvables donde el eco te dice adiós.

Rosalba Pelle.

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. TU VOZ ROZANDO MI CUELLO. ROBERTO GONZÁLEZ SÁNCHEZ




¡Uuuuffff! Tu voz, mi cuello.

Los ingredientes bien podrían ser
la dulce miel y el aroma de Hugo.
La mezcla está en juego.
Y tu voz, rozando mi cuello.

La camisa ha sido deshojada
por el cantar y la mirada.
Yo, como una estatua, quedo petrificado.
Las hormigas comienzan a trabajar
formando un sendero, que me lleva
a explorar los rincones que más deseo.
Mientras, tu voz, rozando mi cuello.

Las manos se han vuelto locas,
Arriba, abajo, izquierda, derecha,
buscan aposento, sentirte más adentro.
Y tu voz, rozando mi cuello.

Por fin llegó ella.
Esta sonrojada y afeitada, preparada.
Pequeño tobogán, que hace deslizar el cantar,
para poderte besar.

Roberto González  Sánchez

jueves, 2 de agosto de 2012

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. TU VOZ ROZANDO MI CUELLO. VIRGINIA VALDOMINOS






TU VOZ ROZANDO MI CUELLO

Era el caballo quien juntaba tus piernas
en el inmenso minuto de la ira
cuando explotaba el misterio
de tu sexo sembrado de arroz.

Las iluminadas ratas
se desvestían juntas en las flores acicaladas
baladas de los siglos extremando encuentros
contra las balas, que sin sentirlo, martilleaban
el galope de nuestros cuerpos.

Sientes el movimiento oriundo del espejo
en nuestros corazones?

Amado no sufras mi espejismo
es solo reflejo del goce
que esta noche vive con nosotros
aquí, donde no habitamos.

Es la inmensa alegría de no ser
tan solo la imagen translucida del pato
de la oca obnubilada de los niños
cuando, tras nacer,
aguantan las guirnaldas sobre el fuego del deseo
o la investidura.

Mira allá, a lo lejos de nuestros cuerpos
esa pareja errante de pajaritos
escupiéndose entre plumas
el heraldo de los pies
las herraduras,
e incluso, el semen de las amapolas
fluyendo por los agujeros.

Entran y bajan,
salen y suben
se sumergen nuevamente en la espuria laguna de la desventaja
entre sudores afianzados
en el vaivén constante del presente
asfixiado por la podredumbre.

La solicitud se realiza
en cuero ameno
en lastimeros tumultos, como de rosa espuria
en su lánguida decadencia.

Fueron sus espinas la espátula de su soledad
o los senos tristes del solsticio
llorándonos en medio de Dios
que no puede más.
Mi sexo es todo suyo.

Virginia Valdominos
Cuadro: Venus grande, de Julio Romero de Torres.

TALLER DE LITERATURA Y POESÍA ERÓTICA 2012. ABRE LAS PIERNAS, AMOR MÍO. DE KEPA RÍOS


ABRE LAS PIERNAS AMOR MÍO
I
Ante las piernas cerradas me detengo
y llamo con mis manos su atención.
Con mi aldaba toco, en la puerta del amor.
Aquí fuera estoy sólo y hace frío,

ábreme las puertas del sombrío
delirio, del abismo insondable de tu ser.
Y deja que profane tus estancias
con la planta entera de mi piel.
Siente el ariete suave de la lengua,
los dedos que desatan envoltorios de mujer,
y cómo mi jauría te desborda el sonrosado
dique que se vuelve a estremecer.


II

Abre las puertas, vengo huyendo,
he robado el fuego de las tumbas,
la salud de los muertos, y un afán
de suicida deshonesto.
He robado en los teatros, en los libros,
esencias de aliciente, musgo, y dos manzanas
con sitio para el mordisco.

Compartamos este botín ilegítimo,
esta riqueza volátil que no nos pertenece. 
Ácidos licores y azahares, magnéticas
sustancias con sabor a luna
en el azul de tus hogueras. He robado verdes
caricias en el sexo, abierto
manantial de porvenir. Déjame entrar
en la guarida porque soy cuarenta ladrones,
porque advierto
en tu calma mi hermosura, en tu cama
mi cabeza ciega, látigo del placer,
para que me abras las piernas nuevamente,
amor mío. 


Kepa Ríos Alday

Cuadro: Sonata  al Claro de Luna. De Lucien Levy Dhurmer.

martes, 31 de julio de 2012

TALLER DE LITERATURA Y POESÍA ERÓTICA 2012. "ABRE LAS PIERNAS, AMOR MIO” DE SUSANA LORENTE




  
Diferentes caminos entrelazados incitaban a seguirlos.  Por su serpenteo sobre la montaña los recordaba como suspendidos en el cielo, colgados en risas que revoloteaban alegremente al compás del viento fresco y otoñal que descendía de la cumbre, viajando intrépido entre los pinos.   Se podía escuchar la soledad crujiendo las hojas, la bruma que se recostaba en el tejado, y las luces asomándose por los dos ventanales del primer piso, que interrumpiéndose por las sombras, dibujaban en las cortinas su contorno, como en los espectaculares escenarios de Hollywood, construidos de cartón. 

Atravesé el jardín, obviando como suelen hacer los enamorados, las advertencias de peligro.  El alto césped se inclinaba a un lado y a otro ante nuestros pies, delineando un terreno que visto desde el cielo figuraba una senda horadada hacia algún sitio, donde soñábamos con que nos esperara el amor.  Un amor desafiante a la distancia, inalcanzable para nuestros cuerpos. 

A pesar de su deseo, a él no le interesara propiamente llegar y esa sensación tanto me descomponía, tanto me excitaba hasta paralizarme justo allí, en medio de esa noche que se aproximaba para cegar lo que me quedaba del sentido de la vista.  Me mostraba poseída por no sé qué arrebato que me animaba a seguirle, ansiaba su ligereza, su fuerza de gacela siempre esquivando la muerte, siempre provocándola, retándola en el punto, en el papel blanco de su página atrapada en la máquina de escribir.

Eso era lo que me arrebataba la bella indiferencia de las mujeres denominadas de sexo frío, poco solicitadas para los deleites del placer sexual.  La fantasía de su naturaleza algo perversa y precavida me sorprendía con figuraciones insospechadas: mi cara entre sus piernas, apoyando la nariz y la boca en su sexo, imposibilitándome respirar solo hasta un leve jadeo que parecía salir de mis cachetes aplastados en sus tersos testículos, restregándome arriba y abajo más bien como un animal que como una mujer.  Algo tan impúdico, como mis inútiles esfuerzos por aplacar los ardores frenéticos que él, tímidamente, calificaba como brutales cuando levitaba fantasmal hacia su sexo, que de opulencia rivalizaba con el mejor ejemplar de secuoya de todo el trópico.  Era un destino inevitable y ciertamente incierto por mis pretensiones narcisistas de enamorada. 

En realidad, tienen que saber, nada presagiaba el contacto, ni los tiernos abrazos en ocasión de los saludos, ni la fugacidad de las miradas intentando el desencuentro, ni el caminar juntos, él con su paso firme, yo en ocasiones algo torpe y distraída por la luz que irradiaba la fantasía de nuestros cuerpos acoplados.  Había una lejanía, algo inalcanzable, y yo, aún, una extraña con ambiciones demasiado familiares.

Aún así, la posada cerró sus puertas, la luz era tenue, difusa, cambiante por la sombra de la luna que asomaba en el lateral de una claraboya gigante sobre nuestras cabezas. El carmín, la amatista y el turquesa retozaban tatuando nuestra tez, decidiendo el gesto, proyectando una verdad a la sinrazón de ese momento increíble en el que el mundo se detenía para contemplarnos: “¡desvergonzada!, ¡sexo caliente!”.  Sin misericordia apoyé el cuerpo en sus piernas que se mantenían aún cerradas.  Fui sutil, tan sutil que apenas él se percató de mis intenciones, pero no pude disimular la gran expectación que me hacía aguardar, en una excitación lánguida, tan apacible que desesperaba, a que abriera sus muslos para engullirme entre las fauces de su animal salvaje.  Quería rozar el calor de su sexo blando, carnoso, protuberante, acogedor, dueño de los mejores y más reconocidos apetitos de la isla que insatisfechos deliraban rumoreando: “tal vez sea virgen”, “o a lo mejor homosexual, ya ves, el otro día le vieron saludándose con los travestis de la Juanola”, comentaban las vecinas en su paseo diario por el espolón atufado a olor de pescado.

En verdad todos nos preguntábamos sobre su misterio, así que sin más preámbulos, recogí el velo y me decidí a mirarla: era opulenta y a su vez inexplicablemente esbelta como un girasol. Con sus ojos simulando cascadas por sus largas pestañas ondulantes como las alas de un cisne a punto de revolver el viento y volar en el límite que demarca, pero no llega a ser tierra ni firmamento.  Ella denotaba el abandono hacia un limbo entre el celo y la ilusión de sentir el placer a través del hombre, la seducción por la certeza de su porvenir en la pantalla centelleante que nos observaba exánime como cualquier espectador abstrato.  Por ella él me abrazó por detrás, paralelo a mis extremidades entrecruzadas, a lo largo de mi vientre llegó a mis piernas apoyando sus brazos en el monte de Venus, y aplastando mi pecho delicadamente,  abrió mis piernas en el contorno interior de las suyas, arrimando su boca para invitar casi sin palabras a probar sus labios, que inervaban sin piedad, de un frío ardiente la segunda boca. Yo me entregué a su mirada, este día todo no había hecho más que comenzar. 

Cuadro: Eros y Psyche, de Bouguereau

TALLER DE POESÍA Y LITERATURA ERÓTICA 2012. DE QUÉ SERÁN LOS VERSOS..., DE HELENA TRUJILLO



De qué serán los versos sino de aquella sombra que hicimos sobre el lecho
Carilda Oliver Labra
Sol iracundo despeja el medio día,
las calles vagabundas de personas
guarecidas en sus individuales jaulas
de paredes trasatlánticas  inabarcables a nado.
Ella, de cabello ensortijado, cubre su rostro,
anónima, desafiante, se recuesta  en la dibujada terraza frente al mar.
Absorta en los colores como estrellas que atraviesan sus ojos,
sueña los recuerdos de aquel amor
contenido entre sábanas, húmedas de sexo.
La imposible esquina del letrero
donde la A fundida hacía leer LIBRERÍ.
La mesa destartalada donde absorto
en amontonados libros heredados de otras manos
aguardaba él a la mujer que no esperaba conocer.
Misteriosa y oculta tras su foulard oriental,
tropezó en su sinquerer, atraída por magnética fuerza.
Varios ejemplares se precipitaron en suicidio simbólico, alcanzando el suelo.
La sorpresa también golpeó sus miradas al encontrarse frente a frente.
Bajaron, reptando en su insólita seducción, cruzando sus manos,
sintiendo por vez primera piel con piel.
Desorientados y tímidos, devolvieron el orden
y se encaminaron, cada uno, a su destino,
otra vez compartido, abanderados por el deseo de sus cuerpos,
hambrientos por descubrir el aroma de su agitación.
Sin desvirgar el silencio, atravesaron el vestíbulo.
La temblorosa llave encendió de latidos su pecho
ahora recorrido por sus fuertes manos que contenían la explosión.
Besos como mordiscos exhalados por la espera,
recorriendo su cuello desprovisto ya de su sedosa prenda.
Delicada piel de embriagador aroma, cálida en su boca ardiente,
cuerpos entregados en el desenfreno sin destino.
Avanzando en la desnudez y en la cercanía a la cama,
fueron pronunciando palabras incendiarias
hasta caer, cuerpo sobre cuerpo sobre las sábanas,
blanco lienzo para la obra del amor.


Helena Trujillo


Cuadro: El baño de Psyche de Leighton

domingo, 29 de julio de 2012

POEMA DEL TALLER DE LITERATURA ERÓTICA 2012. ABRE LAS PIERNAS, AMOR MÍO, DE CLÉMENCE LOONIS



ABRE LAS PIERNAS AMOR MÍO*
                                                           *verso de Miguel Oscar Menassa

Quise abrir tus letras
al lado de mis letras,
mi cuaderno en tu cuaderno,
ese acostarme contigo, vibrando lo más cercano
impregnarme de tu sangre indeleble,
tomarte a cuerpo pleno.

¡Qué desbandada!
Una libertad naufragaba cada mañana.

Te miro, allí tumbado, amor mío,
enganchado para siempre,
a la casa como corriendo sobre tres ruedas,
al viento, a la implacable movilidad
de las estrofas,
un papel a papel ayudado a ser cuatro.

Quisiera ver tu nombre en el aire
y que vengas a buscarme.
Mis brazos pueden tocar lo inefable,
temblar con los agujeros que palpitan como lluvias
sin círculo
para desmenuzar la intemperie,
que mi mano entregue su lucha
como si el juego fuese enamorarse
y dejarte con la ausencia golpeando su misma puerta.

Así que abro tus piernas
con las palabras de la espalda
y los ojos buscan luces donde apoyar la clavícula.
La mirada es eficaz, contrae matrimonio con la piel,
elegantemente y fabricamos otro pronombre
besando los rincones de la lejanía
y nos reímos sobre el agua;
dos risas llamándose
en el pretexto de la carne.

La vida desliza sus músculos
y escapa al modelo.



Clémence Loonis
Cuadro: Lectura, de Penot. 

LAS TINAJAS. POR CLAIRE DELOUPY. TALLER DE LITERATURA ERÓTICA 2012.




El calor de la noche de verano llena con sus olores el minúsculo patio. Están sentadas en la sombra. La dulce voz de la amiga pregunta: “¿Por qué habéis puesto tan bonito nombre a vuestra casa?”

Ella tarda en contestar. Después, se da la vuelta y pregunta a su vez mirando la oscuridad: “¿A ella se lo puedo contar?”. Como única contestación el brasero de una pipa alumbra durante unos segundos, tal una luciérnaga, las sombras. Ella empieza su relato.

“En  la  casa de la abuela, la vieja tinaja al fondo del jardín era mi único refugio. Cuando murió mi madre ahí escondí mi pena. Cuando mi padre llegaba por unos días con su amante de turno. Cuando las largas tardes de domingo… Era mi refugio y mi reinado. En las tórridas tardes de verano su frescor era bálsamo. Una de aquellas tardes, escuché de repente mi abuela que chillaba: “¡Granuja! ¡Ladrón! Hijo del demonio…”. Y antes de poderme darme cuenta de lo ocurrido vi saltar  una sombra que  se deslizándose a mi lado  me tapó con firmeza la boca con su mano.

Estaba fuera de mí: quien se atrevía a violar así mis territorios .Me debatí pero en vano. El chaval era fuerte. Lanzó con voz risueña: “Lo siento, princesa…”. Y con su mano libre puso entre mis labios una cereza jugosa. Olía, me acuerdo bien, a heno y a hierba buena. La sorpresa venció mi enfado y él aprovechó la tregua para colgar de mis orejas rojas cerezas que pronto terminaron en su boca. Los pasos de la abuela rondaban. Nos quedamos en silencio, su mano sobre mi muslo para indicarme “¡Silencio!”. Se detuvo el tiempo. Su calor contra mí, el olor de su pelo negro, su aliento entrecortado llenaba todo el espacio. De repente dijo en mi oído: “Tengo que irme, princesa…Pero volveré… Volveré…” . Y antes de que pueda reaccionar posó suavemente sobre mis labios, un beso.

Tres años tardó en volver pero el calor de este beso y la seguridad que volvería acompañaron día tras día mi espera.

Una solitaria noche de verano, soñaba, casi dormida bajo la luz de la luna en el frescor de  mi tinaja. Se escuchaba los grillos, soplaba la brisa. Cómo añoraba el calor de su cuerpo contra el mío. Su olor a heno y yerbabuena. Imaginaba sus brazos arropándome entera… Su joven aliento  cerca de mi boca. Suspiré… ¡Ay! ¡De mí! “¿Por qué suspiras, princesa?” susurró una voz en mi oído. Me agarró con firmeza por la cintura. Su aliento contra mi nuca, incendiaron de repente mil estrellas. Abrazados como náufragos en el mar hubiéramos podido quedar así mil años. Mas su cálida mano empezó suavemente a recorrer mi cuerpo estremecido: mi frente, mis mejillas, mi cuello, mis tiernos pechos, mi vientre ¡ay!.. Sus labios, su lengua, como un fuego implacable, siguieron el mismo camino…Yo extasiada apenas respiraba ¡Ay! Que noche de galopes…Sus cuerpo firme y su manos dirigían la danza. Ay sus manos cálidas entre mis muslos abriendo el camino.  Vivimos hasta el alba los locos alborotos del amor…
¡Cuánto lloré cuando tuvimos que dejar el pueblo, el jardín de la abuela…y la tinaja! Con el tiempo, con mucho trabajo y esfuerzos nos compramos esta casita…

        Se calló un momento. Estreché conmovida su mano. Veía de vez en cuando la luciérnaga de la pipa brillar con intensidad… El calor y la oscuridad no arropaban. Poco a poco, el lejano trueno se acercaba…De repente gotas pesadas aliviaron silencio y piel. Ninguno de los tres se movió bajo el embiste de la tormenta. Ella y yo, nos mirábamos en silencio cada vez que un relámpago azotaba la noche. Nuestra ligera ropa de verano pronto quedó empapada dibujando suavemente nuestras formas. Conseguí por fin pronunciar unas palabras:” ¿Y por que habéis llamado la casita “Las tinajas” y no “La Tinaja…” Una vez más tardó en contestar: “Porque nos prometimos buscar por la vida el fervor renovado de esta primera noche de pasión. Buscar las tinajas de la vida”. Me fascinaba desde hace tiempo la fuerza arrolladora de su amor. Cuando la mano de mi amiga  estrechó suavemente  la mía, cuando se acercó a nosotras la luciérnaga en la oscuridad, empecé a temblar  como hoja al viento… Nos abrazamos en silencio bajo la lluvia. Un olor a heno y yerbabuena llevaba el compás… 

Claire Deloupy Marchand

Cuadro: Sensualidad. Von Stuck.

jueves, 26 de julio de 2012

PORQUE DE AGUA SOMOS. POEMA DEL TALLER DE LITERATURA Y POESÍA ERÓTICA 2012.







Tus labios deliciosos a mis labios se enredan, innominada orquídea,
me infunde tu saliva de azufre incandescente nuevos bríos atávicos,
nada mi sexo, esa jugosa almendra, destilando su leche como naufrago
y se pierde con ese desamparo de los huérfanos en tus pletóricos lagos salivares.
Porque de agua somos y al agua retornamos, cuando el sexo derrota a la cordura.
Tu arma en su tensión de arco certero hiere concavidades de mi boca,
catedral  que en su bóveda magnífica riegan ígneas estrellas seminales.
Porque de agua somos y al agua retornamos, cuando dos cuerpos juntos atraviesan la bruma.
Se deslíe tu lengua en el camino estrecho entre mis senos, recorre victoriosa las areolas,
para izar mis banderas en tu nombre, toro bravo que nace de mi pecho con sus astas
erguidas al tacto de la bella descifradora de ancestrales sabores corporales.  
El dragón ha vencido a la princesa y no pide ya paso, exige el desembarco,
y  deshacen tus jugos migratorios paredes de mis celdas que te apresan
porque de agua somos y al agua retornamos, y es en ese bautismo que cada vez, morimos.

Alejandra Menassa de Lucia. 

domingo, 8 de julio de 2012

CURSOS DE VERANO DE PSICOANÁLISIS Y DE MEDICINA PSICOSOMÁTICA.

CURSOS DE VERANO. ESTE LUNES 9 DE JULIO COMIENZA EL CURSO DE INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS Y EL MIÉRCOLES 11 COMIENZA EL DE INTRODUCCIÓN A LA MEDICINA PSICOSOMÁTICA. ONLINE Y PRESENCIAL EN LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS GRUPO CERO.





miércoles, 4 de julio de 2012

RECITAL DE POESÍA DE MIGUEL OSCAR MENASSA.


Recital de Poesía Fin de Temporada. Recita Miguel Oscar Menassa. Sábado 7 de Julio de 2012 a las 20.00 hs. En la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero. C/Duque de Osuna 4, locales. Frente a Plaza España. Se retransmitirá por www.grupocero.tv 

martes, 28 de febrero de 2012

PSICOANÁLISIS, MEDICINA Y POESÍA

ESTA SEMANA, COMENZAMOS LAS CONFERENCIAS EN LA FACULTAD DE MEDICINA DE ALCALÁ DE HENARES: LA IMPORTANCIA DEL PSICOANÁLISIS PARA LA MEDICINA, EL JUEVES DÍA 1 DE MARZO A LAS 15.30, POR LA DRA. ALEJANDRA MENASSA:



Y TERMINAMOS LA SEMANA CON POESÍA: SÁBADO 3 DE MARZO RECITAL POÉTICO EN LA ESCUELA DE POESÍA Y PSICOANÁLISIS GRUPO CERO, A LAS 20.00h, por MANUEL MENASSA Y ALEJANDRA MENASSA.






viernes, 24 de febrero de 2012

RECITAL POÉTICO ALEJANDRA MENASSA Y MANUEL MENASSA. Integrantes de los Talleres de Poesía Grupo Cero

Sábados de Poesía: Todos los sábados a las 20.00 habrá un recital de Poesía en la Escuela de Psicoanálisis y PoesíaPsicoanálisis Grupo Cero, de los integrantes del taller coordinado por Miguel Menassa, en la Calle Duque de Osuna 4, locales. Se retransmitirán por televisión Grupo Cero: www.grupocero.tv, Comenzamos con un recital de Alejandra Menassa y Manuel Menassa.



sábado, 11 de febrero de 2012

LA POESÍA ME LLAMA PERO HOY NO IRÉ.


Con torrencial vehemencia de gotas insistentes haciendo la tormenta de mis días
borrando con su rastro de pies de río las huellas caminadas,
la isla de lo vivido surge con un nuevo nacimiento del mar de la palabra.
Con premura de ayer e insistencia de siempre, terca como la mula de Balaam,
Ella llama las huestes de poetas que me habitan, reúne mis ejércitos, toca diana sin fin,
para que la distancia con la letra se aminore y se anegue con el verbo la solitaria estancia,]
para intimar al punto de ser uno con las palabras tristes y con las palabras alegres
para tener un destino fulgurante, una tumba de marfil, una jaula de oro.

Ella, la que me llama como el hijo en la noche a una madre ausente,
como el sediento que clama en el desierto el desembarco de las nubes,
Ella que me llama para pedirme el imposible del poema, y yo que la desoigo,
con insolente desobediencia de muchacha, yo que le tiro piedras para ahuyentarla,
Que me visto de harapos y me embarro la cara para esconderme detrás de la miseria,
pero nada, su grito puede más que mi caprichosa insistencia en burlarla,
por eso, sólo puedo decirle: espérame, mañana, hoy no iré, hoy me duelen las palabras.

Alejandra Menassa


Color del texto

viernes, 10 de febrero de 2012

A DIANA NAVARRO Y SU DISCO FLAMENCO



La Diosa Diana y su desnudez ya deslumbraron a Acteón, y ahora Diana Navarro aparece, Diosa de la música para deslumbrar con la belleza de su voz y de su gesto en este disco: Flamenco.

El flamencólogo Anselmo González Clíment, dice de este arte secular: “El flamenco sabe de la muerte, sabe de la sangre, sabe del amor; no formula: acciona, danza los símbolos claros sobre el misterio: No hace tragedia, es trágico. No hace poesía, es poeta. No dice alharacas, simplemente, grita”.

Parafraseando al poeta Becquer: Poesía eres tú, podríamos decir que Diana en este disco es flamenco. Ella sabe de la muerte, de la sangre y del amor. Es ciega cuando lo requiere la letra, como en Tinieblas, que cantará con el telón de sus párpados bajado.

Diana no sólo canta: “El sol me ciega con su luz”, sino que el sol la ciega realmente. Hace algo más que cantar, interpreta, siente la música, el rasguido de la guitarra y vive la letra, la actúa, queda conmovida por ella y eso es lo que deja atrapado al que mira: la desnudez de Diana bañándose en las aguas del flamenco, porque ella se entrega, desnuda su alma y bella, a cada acorde, eso conmueve, emociona, turba, mueve al que escucha. Por eso este disco, viene acompañado por un DVD de Diana en concierto con Juan Antonio Suarez y Antonio Campos, porque es un disco para mirarlo y para verlo, para sentirlo y para gozarlo mientras se escucha esa voz prodigiosa y sentida que Diana despliega con maestría, con entrega, con gracia.

Imperdible disco si uno ama el flamenco, imperdible Diana, la que seduce con su voz llena de alma.

Alejandra Menassa de Lucia

lunes, 6 de febrero de 2012

Curso la Mujer en el Siglo XXI. Un acercamiento psicoanalítico.

PROGRAMA:
-CICLO DE CONFERENCIAS DE INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS

LA MUJER DEL SIGLO XXI. UN ACERCAMIENTO PSICOANALÍTICO

Días 15, 22 y 29 de febrero; 7, 14, 21 y 28 de marzo del año 2012

Miércoles de 10,30-13,30 H.

PROGRAMA

La sexualidad femenina

Virginia Valdominos

15 de febrero

La mujer de la reproducción a la producción. Prejuicios históricos

Magdalena Salamanca

22 de febrero

Mujer y ciencia

Pilar Rojas

29 de febrero

La mujer en la literatura

Alejandra Menassa

7 de marzo

La mujer en el cine

Manuel Menassa

14 de marzo

La mujer de la posición de objeto a la posición de sujeto

Ruy Henríquez

21 de marzo

Mujer y trabajo

Susana Lorente

28 de marzo

Se concederán 2 créditos de libre configuración a los asistentes

Lugar:

Seminario 217, Facultad de Filosofía, Edificio “A”

Universidad Complutense de Madrid

Organizan:

Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero y Asociación Juventud Grupo Cero

Información e inscripción:

91 394 53 74 - ruyhenriquez@filos.ucm.es