Archipiélagos del sexo,
la piel se tensaba ante la proximidad del beso
y los abrazos despertaban el riesgo o la angustia
que anida detrás de cada encuentro.
Como serpientes en celo
los cuerpos se solazan en la mies del barro,
en las negras entrañas de las lluvias del verano,
reivindicando su efímera materia.
Socavando, penetran sus túrgidas sustancias,
la muscular textura de sus órganos,
húmedos hasta la extenuación,
a punto de rasgarse en la brevedad de un llanto.
Se amaban por encima de todos los museos,
más allá de la piedad o del éxtasis,
apremiados por el dolor y por el hambre,
transidos por el puñal del cuerpo.
Ruy Henríquez
4 de agosto de 2011
Cuadro: Desnudo sobre Vibstek. Marc Chagall
1 comentario:
Me encantaron muchos versos (Como serpientes en celo los cuerpos se solazan en la mies del barro...) y el conjunto. Es un lujo tener estos compañeros.
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